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El regadío, apuesta de futuro para el almendro

  • En los últimos dos años, Miguel Ángel Ortiz, ha invertido 187.000 euros en esta infraestructura implantada en 55 hectáreas El aumento productivo es de un 30%

El campo almeriense no pasa por su mejor momento, eso no se le escapa a nadie. Sin embargo, son los propios agricultores los que más ahínco ponen en que este sector siga siendo el motor económico de la provincia.

Son muchos los que están recurriendo a cultivos alternativos para obtener unos márgenes rentables y poder seguir viviendo de la profesión, incluso, otros vuelven a poner en valor algunos que comenzaron a caer en el ostracismo y que vuelven a la palestra con la catalogación de ecológico, cada vez más demandado, como mejor aval.

Uno de estos casos es el almendro. España es el país del mundo que cuenta con mayor superficie destinada para este cultivo, convirtiéndose Andalucía en la región de mayor implantación, con más de 150.000 hectáreas, de las que en torno a 60.000 corresponden a la provincia de Almería, que junto a Granada (72.000) concentran la mayor parte de superficie almendrícola.

El almendro, de gran tradición y de distribución irregular con cultivos de escasa rentabilidad en la mayor parte de los casos, está viviendo una pequeña corriente que pretende dar un vuelco y cobrar protagonismo por medio de la implantación del riego para dar la vuelta a esos números, algo que tendría una importante relevancia a nivel socioeconómico en muchos pequeños municipios de la provincia.

Un exponente de esta conversión al regadío, aunque aún residual, es Miguel Ángel Ortiz, un joven agricultor de tan solo 40 años de edad, que cuenta con una superficie de nada menos que 69 hectáreas de almendro al que les ha implantado un sistema de riego localizado en la pedanía albojense de El Saliente Alto, un paraje de especial belleza que se ha convertido en referencia en parte gracias a este productor.

En los últimos dos años y con una inversión de 187.000 euros, Ortiz ha conseguido implementar el sistema de riego subvencionado a un 60% con la Junta de Andalucía, "un desarrollo que no hubiera conseguido por mi mismo en tan poco tiempo. Llevaba tiempo con intención de llevar a cabo esta iniciativa, y la hubiera terminado llevando a cabo, pero en varios años".

Este joven ha mostrado a Diario de Almería su finca, en la que ya está obteniendo resultados. La nueva infraestructura cuenta con llaves de paso por sectores, para canalizar el agua sin motores y valiéndose del propio desnivel con el que corre el agua del embalse recién construido para regar toda la extensión, y que tiene capacidad para albergar 4.000 metros cúbicos.

En secano, los almendros de este joven venían produciendo del orden de unos 400 kilos por hectárea, ahora y después de un año 'pasados por agua' la producción ha sido de 1.000, si bien es cierto "que este año se han dado condiciones favorables en mi caso y por lo general saldrá algo menos, aunque se puede cifrar el incremento en torno a un 30% de aumento en la producción".

Todos los almendros cuentan con "la certificación de ecológico por parte de agrocolor", explica este joven agricultor, socio de la cooperativa alicantina del Mañán, entre las tres más grandes de todo el panorama nacional y a la que provee con sus almendras desde hace ya muchos años.

Pese a su juventud, es todo un experto en estas lides, pues le viene de familia y aprendió de su padre siendo aún un niño. Fue en 2013 cuando adquirió la extensión que hoy le sirve de sustento y que se ha convertido en un modelo de innovación dentro de la comarca del Valle del Almanzora por su innovación.

En su gran extensión de almendro produce tres especies diferentes, una variedad común de la zona, la de tipo Guara y Marcona, esta última la más demandada del mercado.

"El salto al regadío ha sido muy grande y todavía hoy estoy aprendiendo a gestionar el riego para que el cultivo de la producción más óptima", explica Ortiz, quien asegura que prefiere regar con una periodicidad de una vez al mes. "Le meto 200 litros a cada árbol, en lugar de hacerlo como otros productores que reparten esta cantidad mensual en ocho veces, es decir, dos a la semana. Con esto lo que busco es que mis almendros no se acostumbren a tener siempre agua de manera superficial y busquen también los nutrientes en vertical, para que así alcancen una mayor robustez", asegura.

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