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Alcances

"En el cine documental no hay glamour; el glamour quita libertad"

  • La realizadora finlandesa Pirjo Honkasalo visita Alcances para hablar de su obra · La directora, que cuenta tanto con películas de ficción como documentales, defiende la verdad de este último género

La línea que separa el cine de ficción del cine documental está marcada por la ética. Así lo aseguró ayer en Cádiz Pirjo Honkasalo, la realizadora finlandesa que acudió ayer a la 40 edición de Alcances con la intención de mantener un encuentro con otros realizadores presentes en la ciudad y con el público en general. Fue en la sede de la Asociación de la Prensa, a las doce, una hora que posiblemente contribuyó a que la asistencia no fuera la esperada. Una pena, porque lo que Pirjo Honkasalo tenía que contar era mucho y bueno. Con humor, agudeza y claridad de ideas, la veterana directora finlandesa, cuya obra bascula entre el cine de ficción y el documental, desgranó sus experiencias, analizó parte de su obra y de su manera de trabajar, criticó el machismo del mundo cinematográfico y dejó caer lo que se pudiera interpretar como una ventaja de la producción documental frente a la de ficción o comercial: "En el cine documental no hay glamour, porque el glamour quita la libertad. Por eso, de vez en cuando, vuelvo siempre al cine documental" después de afrontar alguna película de ficción.

Presentada por la coordinadora general de Alcances, Vega López, que resaltó la "importancia" de contar con Pirjo Honkasalo en la muestra gaditana, la realizadora finlandesa, con la inestimable ayuda de la intérprete, trazó de inmediato, incluso antes de que alguien le lanzara pregunta alguna, la línea en la que ella dibuja la separación entre el cine de ficción y el documental: "Si existe algún límite entre los dos, tiene que ver con la ética".

Porque Pirjo Honkasalo navega entre ambos. Su producción cinematográfica se mueve entre el documental y el cine de ficción. Entre los dos ha ido saltando según lo que quería contar y cómo quería hacerlo, aunque en sus palabras de ayer no ocultó una cierta preferencia por el género documental, donde "se expresa a través de la vida de otras gentes". Otros actores, nada que ver con el cine comercial, con los que la realizadora parece sentirse más libre. Con ellos y, sobre todo, con sus historias.

De hecho, Honkasalo fue clara al hablar de los límites que pueden existir al producir cine de ficción: "En el cine documental no hay glamour, porque el glamour quita la libertad. Por eso vuelvo siempre al género documental".

Un género que, según su apreciación y por tanto su experiencia, que es mucha, está adquiriendo formas y maneras interesantes: "En los últimos 15 años el cine documental ha experimentado más cambios que el de ficción. Éste está dirigido a chavales de 12 años y su forma de ver el mundo, mientras que el cine documental se puede dirigir al público adulto. El cine documental ha sufrido un cambio más radical: antes se veía como una presentación simple de la realidad, pero ya no es una película hecha para escuelas. Entre los documentales sigue habiendo películas de reportaje, pero también otras formas".

También habló del dinero. Pirjo se mostró contraria a ofrecer dinero a las personas que salen en las películas de cine documental antes del rodaje, aunque sabe que hay quien lo hace y quien lo considera aceptable. Ella, sin embargo, espera a que la película esté acabada, y entonces envía a los protagonistas la mitad del dinero que produce.

Y contó sobre esta costumbre una experiencia dramática que vivió con Atman, la película que ayer se proyectó en Alcances. La cinta ganó en 1996 el premio Jorins Ivens en el Festival de Amsterdam y tuvo bastante éxito: "Produjo bastante dinero", resumió Honkasalo, quien dudó si enviar el dinero a su protagonista poco a poco o en un solo pago, dada la extrema pobreza en la que vivía el joven indio. Se lo mandó de una vez, éste se construyó la casa más bonita de su entorno, pobre como él, y por la envidia de la gente acabó asesinado.

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