Icono de la gastronomía

Tony García, lejos de ponerse la chaquetilla de chef siempre quiso ser agricultor

  • Un niño inquieto al que se le despertó el gusanillo por la cocina de forma tardía, que hoy, a sus 47 años, es un hombre proactivo que no entiende de fogones sin innovación ni productos de Almería

Tony García, lejos de ponerse la chaquetilla de chef siempre quiso ser agricultor

Tony García, lejos de ponerse la chaquetilla de chef siempre quiso ser agricultor / Javi Alonso

El hijo de Pepe el “Pelao”, como se refieren a la familia de su padre en Topares, y Antoñillo el de la Arcadia en Contador, así conocen los vecinos de Vélez Blanco a Antonio García Robles, uno de los mejores chefs no solo de la provincia, también fuera de ella, que tras su paso por Barcelona pasaría a ser conocido dentro y fuera de las fronteras del país como Tony García, Espacio Gastronómico.

Hijo de una cocinera que durante años regentó el antiguo Teleclub de Topares y un agricultor que se encargaba de las tierras de un terrateniente en Contador, en las que crecían almendros y cereal, lejos de pensar que sería cocinero su pasión era la agricultura. “Me encantaba irme con mi padre, me subía al tractor, le ayudaba. Siempre pensé y quienes me conocían también, que sería agricultor. Se me daba muy bien, además”, recuerda entre sonrisas uno de los iconos de la cocina almeriense. “A mí no me gustaba la cocina, de hecho, nunca iba al bar de mi madre, bueno a por algo de dinerillo para algunos dulces, pero nada de cocinar”, añade riendo.

Hijo de una cocinera que durante años regentó el antiguo Teleclub de Topares y un agricultor que se encargaba de las tierras de un terrateniente en Contador Hijo de una cocinera que durante años regentó el antiguo Teleclub de Topares y un agricultor que se encargaba de las tierras de un terrateniente en Contador

Hijo de una cocinera que durante años regentó el antiguo Teleclub de Topares y un agricultor que se encargaba de las tierras de un terrateniente en Contador / Javi Alonso

De niño era muy inquieto y ahora es un hombre proactivo que a sus 47 años cada vez que puede se escapa a su tierra natal a disfrutar de los suyos y de los productos de la zona. “Cuando voy a mi pueblo me siento feliz. Me encanta estar con mis paisanos. Cuando estoy con ellos soy Antonio García Robles y dejo de ser Tony García. Me acuerdo del niño que corría por las calles del pueblo y disfruto de unas buenas chuletillas de cordero segureño y un buen vino de la zona, en la mejor compañía, mi familia”.

La familia para él es un pilar imprescindible, pero no solo su núcleo más cercano que es su mujer y sus tres hijas, sino también su madre, su hermana, tíos, primos, amigos y su segunda familia, su equipo en Espacio Gastronómico. “Es un equipo muy disciplinado y forman parte de mi familia”, afirma.

Su padre y su madre son su referente, ellos le han inculcado los valores que atesora, así como “donde me he criado y la familia que la vida me ha regalado, la de sangre y la que se ha sumado. Soy un reflejo de ellos”, matiza. Las patatas fritas con huevo, las costillas adobadas de su madre y un guiso a base de pollo, almendras, patatas y caldo que ella prepara para toda la familia cuando se juntan encabezan la lista de los manjares con los que saliva el chef.

El gusanillo por la cocina le entró tardío. Con 14 años se traslada a Almería para estudiar en la Escuela de Cocina y “nadie apostaba por mí. Era muy nervioso”, comenta entre risas. “Amigos míos, grandes cocineros y compañeros hoy me lo siguen diciendo que jamás pensaban que llegaría a donde estoy”. Con 18 años se marcha a Barcelona y ahí, cuando estudia restauración “y pude conocer todo el conjunto supe que quería ser chef”. Fueron años duros, estudiaba y trabajaba a la vez “hoy en día no volvería hacerlo”, añade.

Su padre y su madre son su referente, ellos le han inculcado los valores que atesora Su padre y su madre son su referente, ellos le han inculcado los valores que atesora

Su padre y su madre son su referente, ellos le han inculcado los valores que atesora / Javi Alonso

Tras dejar Barcelona “bueno, nunca la he dejado. Sigo estando vinculado a ella. Tengo una casa allí y voy cuando puedo”, matiza, a los 24 años se marcha a Cuba donde estuvo varios años abriendo hoteles y trabajando como segundo chef, al regresar de Cuba viaja a Méjico y a su regreso a España le ofrecen la oportunidad de trabajar en Milán. “Me fui el 24 de septiembre de 2001, fecha que jamás olvidaré porque días antes fue el atentado en las Torres Gemelas y estuve debatiendo si ir o no a Milán”, sostiene.

Y tras tanto periplo, con la mochila repleta de aprendizajes y experiencias, matices que hoy pueden apreciarse en sus creaciones culinarias, decide regresar a España. Viajar durante tanto tiempo “me hizo cambiar mi forma de ver la vida y a las personas. Entendí que es un aprendizaje constante, que de todo y de todos se aprende”. Pese a ser un grande de los fogones, admirador de infinidad de cocineros, destacando con especial cariño por no estar ya entre nosotros Santi Santa María, es muy humilde y cercano. “Yo quiero, necesito, seguir creando y creciendo”, afirma.

Cuando cocina no piensa en nada, se deja llevar. “No soy un cocinero de carta fija, soy más de abrir el frigorífico y empezar a unir ingredientes”, asegura. Y eso se aprecia en su restaurante en el que la innovación y la tradición van de la mano, pero siempre con productos cercanos. García abandera la agricultura, pesca, ganadería, aceites, vinos y así un largo etcétera de joyas gastronómicas que atesora Almería.

En una cocina, para él, el ingrediente que jamás debe faltar es el tomate En una cocina, para él, el ingrediente que jamás debe faltar es el tomate

En una cocina, para él, el ingrediente que jamás debe faltar es el tomate / Javi Alonso

En su día a día, con su familia y en el negocio que formó con sus dos socios, Espacio Gastronómico, del que comen 40 familias, empleos directos, a los que hay que sumar los cientos de empleos indirectos que gracias a este se generan, solo mira al futuro. “Cuando me iba al campo con mi padre siempre me decía que mirara al frente, que me fijara en un punto lo más lejano posible, y eso hago en mi vida”.

En una cocina, para él, el ingrediente que jamás debe faltar “es el tomate. Es la base. Un buen plato necesita de un buen sofrito y en este el tomate es imprescindible”, asegura. Tomates como los de la tierra “que tato me costaba conseguir porque siempre se iban a otros países, por eso llegué a un acuerdo con Ùnica Group, yo quería los productos de mi tierra en mi cocina”, exclama.

Como todo en la vida, ser un chef reconocido tiene sus luces y sombras. “Para los cocineros es un lujo vivir de lo que nos apasiona hacer: cocinar, pero son muchas horas y dejas de lado cosas que también son prioritarias como la familia. Para ellos es duro que pases fuera tantas horas. Ser cocinero es muy duro y muy satisfactorio”, aclara.

Proveedores, clientes... El teléfono es una constante Proveedores, clientes... El teléfono es una constante

Proveedores, clientes... El teléfono es una constante / Javi Alonso

Y cuando llega a casa lejos de ponerse la chaquetilla disfruta como buen comensal. “En mi casa cocina mi mujer y lo hace de escándalo. Su cocido no lo supera nadie”, nos cuenta entre risas.

Un gran hombre, un reconocido chef, un buen compañero y un mejor padre, marido, hijo, amigo… Ese es Antonio García Robles, Tony García.

 

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