El aeropuerto de Almería se ha vuelto a quedar por debajo del millón de pasajeros en 2019, como ya ocurriera el anterior año, retrocediendo además en un 1,3% en la estadística de los pasajeros con 978.997 usuarios en total. En 2018 se acarició el millón con 991.992 usuarios. Cifras que, más allá de evidenciar que en Almería se mantiene el freno de la aviación comercial tras el repunte experimentado en 2017, han situado al aeródromo de El Alquián en la cuarta posición de la red de Aena en Andalucía por detrás de los de Málaga-Costa del Sol, San Pablo de Sevilla, Federico García Lorca Granada-Jaén y el de Jerez de la Frontera.

En su conjunto, los aeropuertos andaluces han superado los treinta millones de usuarios, de los que tan sólo el de Málaga acapara dos tercios con casi 20 coinciendo con la celebración de su centenario. El crecimiento en la comunidad es del 7,3% con respecto a 2018 con 300.657 operaciones en los cinco aeropuertos y el helipuerto de Algeciras. Todos crecen con la excepción de Almería y Jerez, siendo especialmente llamativo el incremento de los viajeros en más del 18% en el de la capital andaluza que supera los 7,5 millones de usuarios. El de la Costa del Sol ha conseguido su mejor registro de la historia, mientras que en Almería quedan muy lejos los 1,2 millones de pasajeros del techo que se alcanzó en 2007.

En cuanto a las operaciones, la terminal almeriense registró entre enero y diciembre del año pasado un total de 11.777, un descenso del 1,4%. La quiebra de Thomas Cook ha sido uno de los motivos del leve retroceso con respecto al ejercicio anterior al cerrar el año con 55.066 usuarios frente a los más de 77.000 de 2018. Este descenso propiciado por la desaparición de la aerolínea británica, como ya ocurriera años atrás con Monarch, prácticamente igualaría el balance anual, si bien no se están cumpliendo las expectativas de un aeropuerto que triplicó su capacidad con una considerable inversión para acoger cada año más de un millón de usuarios dejando atrás del desierto aéreo de la crisis económica. Este verano el tirón de los vuelos domésticos mitigó el freno internacional por la recuperación de destinos tradicionales del Mediterráneo, creciendo los viajeros nacionales en un 14% para saldar la temporada más fuerte en cifras similares a 2019.