Almería

Agentes buscan en Gérgal al presunto asesino de su hermana, que huyó armado

  • El rastreo se estrecha sobre el cortijo que cuidaba en la Rambla del Carril Pudo actuar con premeditación Tras disparar contra sus familiares y una vecina, persiguió al conductor del camión tiroteándolo sin acierto

Más de 48 horas oculto y armado en algún cortijo del término municipal de Gérgal, en la Comarca del Nacimiento. Juan L. C., presunto asesino de Isabel L. C., su hermana, seguía sin aparecer a la hora de cierre de esta edición. Medio centenar de efectivos de la Guardia Civil, Policía Judicial, agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana y de los puestos de municipios vecinos lo buscan por tierra y aire desde el momento en que, con una escopeta repetidora y posiblemente con munición, huyó hacia la zona Sur de la Sierra de los Filabres (Las Aneas) tras haber disparado a fallecida Isabel L. C. (que acudía desde al capital a recoger unos muebles de la vivienda de su madre tras ganarlos sentencia judicial), y herir al yerno de esta, una vecina y perseguir mientras al conductor mientras lo tiroteaba sin acierto.

"Después de lo ocurrido en la calle, yo escuché dos o tres disparos por la zona de arriba, pero no sabía lo que estaba pasando. Mi marido me contó después que el conductor fue perseguido y que le iban disparando. Pidió ayuda y mi esposo lo acogió en un almacén que tenemos hasta que un rato después llegó la Guardia Civil", explica María Lázaro, vecina de la calle Padres Redentoristas, que ayudó a la vecina herida.

Ayer llegó parte de la familia de Isabel L. C. a Almería (para velar su ya difunto cuerpo en el tanatorio), y entre ellos lo hacía su esposo, Modesto, quien manifestó a Canal Sur que el presunto fratricida "estudió con premeditación la forma de disparar y esperó durante cinco horas, desde la cinco de la mañana, dentro de una obra cercana a la vivienda donde se encontraban los muebles (propiedad de la madre de Juan e Isabel), hasta vio a sus objetivos y decidió disparar". Entre los familiares no viajaba la madre de la fallecida, quien en la actualidad tiene 96 años y hace un tiempo comenzó a vivir con Isabel, su marido y dos hijas, pues antes lo hacía con el hombre que ahora es perseguido por la Guardia Civil. En total son cinco hermanos, dos varones y tres mujeres.

Al parecer, Juan L. C. cuenta con antecedentes penales por distintos robos y no poseía licencia de armas, a pesar de ejecutar los disparos con una escopeta repetidora cuyos orificios se encontraban en varios puntos de la calle donde se produjo el suceso.

La Guardia Civil utilizó un helicóptero para peinar, durante todo el día de ayer, las 23.000 hectáreas dominio de Gérgal, además de canes. Recorrieron los cerros y repasaron con detalle cortijo tras cortijo, incluso pidiendo permiso a los propietarios para entrar en aquellos que están vallados. Sin embargo, pusieron especial atención en uno, el de la Rambla del Carril, precisamente donde pasaba la mayoría del tiempo el presunto fratricida, Juan L. C. (agricultor de oficio), pues durante muchos años ha sido el encargado de cuidárselo a un propietario que reside fuera de la localidad de Gérgal. Conforme transcurrían las horas, la presencia de los agentes en torno a esta propiedad aumentó, creyendo en la posibilidad de lograr su captura en la zona.

Además, durante las 24 horas, la benemérita mantiene un control exhaustivo sobre las distintas entradas y salidas del pueblo, pues hay que recordar que es una zona muy bien comunicada no solo con la autovía (A-92), también mediante carretera con la Sierra de los Filabres. La primera línea de investigación apunta a que el presunto asesino huyó a pie, aunque hay también quien dice que pudo escapar en un vehículo que se le había proporcionado, pues él no cuenta con carné de conducir.

El pueblo al completo condena los hechos, muestra de ello son los cuatro días de luto, desde hoy, que la corporación municipal decretó pleno extraordinario por el fallecimiento de Isabel L. C.

Los hechos del crimen se remontan hasta pasadas las 10:00 horas del pasado domingo. Supuestamente, el motivo de la disputa tiene que ver con quién de los dos hermanos debía tener la propiedad de unos muebles de la vivienda de su madre. Pero una sentencia judicial le dio la razón a Isabel L. C. quien acudía al pueblo para recoger los muebles de cocina, algo con lo que Juan L. C. no estaba de acuerdo.

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