La buena climatología, un entorno favorable y la disponibilidad de recursos alimenticios ilimitados han favorecido el crecimiento del número de palomas y cotorras, sobre todo argentinas, hasta el punto de que estas aves, entrañables años atrás, pueden acabar convirtiéndose en un problema de consideración. No solo por los corrosivos excrementos y molestos ruidos, sino porque constituyen una amenaza para las especies autóctonas, además de ser transmisoras de enfermedades y provocar daños, registrados en otros territorios, en los cultivos y los tendidos eléctricos, así como accidentes por la caída de nidos que, en el caso de las cotorras, son pesados. El Ayuntamiento de la capital está tomando cartas en el asunto. También para el control de los jabalíes, cada vez más presentes en el núcleo urbano, cerdos vietnamitas y culebras exóticas.

De ello se está ocupando el área de Sostenibilidad Ambiental. Gestionada por la concejal Margarita Cobos, hay dos vías en marcha de actuación para evitar que esta sobrepoblación siga creciendo hasta el punto de constituir un grave problema descontrolado de difícil solución. Dentro del Plan Botania que, como explica Cobos, no sólo tiene por enfoque el mundo vegetal, el Ayuntamiento trabaja en el Plan Avifauna, en el que colabora la Universidad de Almería, desde donde se está llevando a cabo un censo para el control de las especies silvestres invasoras que, además de palomas y cotorras, incluye las piaras de jabalíes, los cerdos vietnamitas y las culebras Real de California y la serpiente falsa coral que, al parecer, están proliferando.

El diagnóstico de la UAL aportará también medidas disuasorias para evitar la entrada de jabalíes en los barrios, ya que su presencia ha sido detectada en los últimos meses hasta en la mismísima Rambla de Almería.

De forma paralela, Sostenibilidad Ambiental está culminando el pliego de condiciones para contratar los servicios de una empresa especializada que, con métodos respetuosos, logre reducir la densidad poblacional de palomas y cotorras, con fuerte presencia en puntos como Rambla Amatisteros o, en el caso de las cotorras, zonas como Retamar y Toyo o el mismo campus universitario.

Margarita Cobos, concejal de Sostenibilidad Ambiental

Con un presupuesto de 170.000 euros, este servicio de dos años, prorrogable por otros dos (uno más uno), saldrá a licitación en breve siendo las empresas ofertantes las que sugieran los métodos a emplear. Siempre, incide la edil, “respetuosos con estas aves pero que nos libere de la presión, sobre todo, de palomas. No se trata de liarse a tiros”, se adelanta Cobos, que indica que el Ayuntamiento ha asistido a charlas de ámbito nacional sobre métodos posibles a aplicar en las zonas dónde sean más prolíficas, como jaulas, cebos o redes. Incluso, se plantea la posibilidad de emplear, como sistema natural, halcones. No obstante, será la evaluación de ofertas y propuestas y la posterior adjudicación de este contrato el que venga a determinar la metodología a a establecer en Almería capital.

La responsable de la Concejalía de Sostenibilidad recuerda mientras que las ordenanzas municipales prohiben y sancionan dar alimentos a las aves, y animales en general, con la salvedad de los gatos ferales mediante el sistema CER, incorporado en la nueva ordenanza que en irá a Pleno en próximas fechas para su aprobación definitiva.