Almería

Aprendices de aguja y dedal

  • Un grupo intergeneracional de mujeres, poco a poco aprenden trucos de patronaje y confección

Bajo el mando de Mónica Garceau un grupo de mujeres de Huércal-Overa han decidido coger la aguja y el dedal para poco a poco confeccionar sus propias prendas y a arreglar otras. Todas tienen un objetivo claro, tras unos meses de aprendizaje, conocer las técnicas básicas de patronaje y confección. El reto, por tanto, es sencillo: aprender a coser con sus propias manos -y también a máquina- desde 0 sus propias prendas.

Según explica la monitora, "pretendemos que las alumnas se familiaricen con las técnicas básicas y aprendan a medir, a interpretar patrones, a cortar y también coser".

Para ello, han comenzado con la confección de algo sencillo, un bolso. Siguiendo las directrices de Mónica, cada una de las alumnas, bajo los cánones de su creatividad, coserán este accesorio que siempre acompaña a toda mujer.

"Es algo sencillo de confeccionar y que nos ayudará a que tomen un primer contacto con el patrón, los utensilios de costura, las telas que seleccionaremos para para el interior y el exterior del bolso", comenta Garceau, quien añade: "Lo coserán a mano y así aprenderán también cómo hacer el pespunte y el sobrehilado y a hilvanar".

Las razones que han llevado a estas mujeres a ocupar parte de su tiempo libre y sumergirse en el mundo de la costura son variadas. Isabel Parra explica que siempre le ha gustado coser. Ha hecho pequeñas cosas, pero a la hora de coger la tijera tenía ,iedo. Ahora gracias a los consejos que recibirá de Mónica desarrollará su potencial y en pocos semanas perderá el miedo a su temida tijera.

Por su pate, María José Cueli cuenta que en su caso ha decidido que era el momento de aprender a coser, porque son muchos los arreglos de ropa a los que se enfrenta a lo largo del año.

A este respecto, aclara: "En el municipio hay mucha tradición de Semana Santa y siempre hay prendas, como las túnicas de Nazareno que hay que tocar y realizarles areglos o modificaciones de un año para otro".

El taller de costura se inició hace un par de semanas y las clases se imparten en las instalaciones del Centro de la Mujer. En un inicio, se ofertó solo un curso, pero la alta demanda por parte de las huercalenses en aprender a coser ha llevada a crear tres grupos. "Tenemos 30 alumnas. Estamos muy contentos de la demanda. Es un curso de iniciación a la costura que esperemos de paso a otro más avanzado", manifiesta Garceau.

Entre el nutrido grupo de alumnas las hay principiantes. Otras con alguna noción aprendidas de sus madres y abuelas. Se trata, además de un grupo intergeneracional, ya que hay varias jóvenes que se han decidido apuntarse a estas clases para hacer desde cero su propio vestido o falda.

Es el caso de Ana Fernández. La joven es principiante. Aunque ha visto desde pequeña coser a su tía, ella no cuenta con formación. Ahora gracias a este taller comienza a familiarizarse con el hilo, las agujas, y a tener una primera toma de contacto con este mundo que "siempre me ha llamado la atención, porque deseo hacerme mis propias prendas. En especial, vestidos".

Otra de las alumnas más jóvenes es Catherin. A sus 24 años ha decido tomar clases para aprender a coser y lo hace junto a su madre Gladis Amparo. Juntas afrontan el reto de aprender a coser su propia ropa o personalizar alguna prenda que tengan en el armario.

No en vano de aquí a mayo (cuando está previsto que concluya este curso de iniciación) la pretensión de su profesora es que estas mujeres "confeccionen su propia camisa y falda". Cada uno lo hará a su gusto y estilo, pero todas con sus propias manos y mediante un patrón que ellas mismas diseñarán.

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