Los primeros rayos de sol comienzan a nacer desde el horizonte, la noche que se va a descansar deja tras ella una estela de calor que parece no saciarse nunca. A pesar de que muchos de sus compañeros están de vacaciones la alarma de su móvil suena puntual. Son las siete y media de la mañana y queda una hora para que se abran las puertas del su destino diario.

Junio, julio y agosto son los meses de descanso por excelencia. Sin embargo son muchos jóvenes los que cambian sus lecturas de verano por los apuntes y la playa o la piscina por las estanterías y escritorios de la biblioteca municipal de Roquetas de Mar.

Cada mañana y tarde, en pleno centro de la localidad mediterránea las puertas de la biblioteca se abren para acoger a los estudiantes del municipio que luchan contra los exámenes pero también contra el calor que comienza a hacer de las suyas desde bien temprano.

A las ocho y media de la mañana ya es posible acudir a las instalaciones que cuentan con más de un centenar de sillas para los jóvenes roqueteros, entre la parte universitaria, la parte general y la parte que se corresponde con la bebeteca donde los más pequeños pueden disfrutar de la lectura. Allí pasan el tiempo los jóvenes que conllevan lo mejor que pueden eso de estudiar a más de 30 grados todos los días.

Es el caso de Leticia Romera, quien es alumna de Grado de Derecho en la Universidad de Almería y que como el resto de estudiantes de la localidad aproveha las tardes de verano inmersa en leyes. "Muchas veces cuando vengo a la biblioteca me llevo el bikini para ir a la playa en cuanto termine de estudiar".

La suerte, explican muchos de los que allí se encuentran es que hay aire acondicionado y las sillas son cómodas lo que permite a los jóvenes sobrellevar mejor el encierro al que tienen que enfrentarse sí o sí a lo largo del mes de agosto.

Las mochilas, ya no están cargadas de toallas y protectores solares. Ellos llevan en su lugar bolígrafos y subrayadores junto con los apuntes de derecho, ingeniería, medicina, enfermería, fisioterapia, entre otras muchas materias.

Letras y ciencias confluyen en el mismo espacio pero no solo las materias y recuperaciones son los que unen a los jóvenes del municipio, también les unen los recuerdos.

Todos los que allí se encuentran han visitado las instalaciones de la Biblioteca Municipal en numerosas ocasiones y hoy, años después, vuelven al mismo sitio, esta vez, no con apuntes de instituto o colegio, sino con apuntes de universidad u oposiciones.

Muchos vuelven a compartir pupitres después de años sin verse, cada uno con su vida; Málaga, Sevilla, Granada o Madrid son sus hogares durante todo el año pero, en verano, vuelven a casa.

La biblioteca no tiene un horario especial de verano, abre de lunes a viernes a lo largo de todo el año de 8 y media de la mañana a las 2 y media y la jornada durante las tardes comienza a la 4 y finaliza a las a las 21:45.

A finales de junio y principios de mes de julio la afluencia en la biblioteca suele ser mayor coincidiendo con la época de exámenes finales tanto en los institutos como en la universidad y con la selectividad. Tras los exámenes finales llegan las notas y con ellas los suspensos y los exámenes y las pruebas de recuperación por lo que las instalaciones se van llegando paulatinamente, tanto que a comienzos del mes de agosto hay cerca de 50 personas en la biblioteca.

Las tardes suele ser el momento del día en que hay una mayor afluencia de público rondando casi el 75% de ocupación. Durante el mes de agosto los prestamos bajan pero aumentan los universitarios y opositores.

Los menores, aunque menos, también están presentes durante los meses de verano; de 5 a 14 años los más pequeños disfrutan de la bebeteca, un lugar donde disfrutan de aprovechar su tiempo de ocio en la lectura.

Apuntes y bolígrafos en agosto, una realidad escondida tras las tras tardes de playa y piscina y las noches de fiesta.