Almería

Atracan más de diez negocios en los últimos dos meses en Las Norias

  • Los vecinos plantean realizar patrullas nocturnas· Dos joyerías del municipio se han visto obligadas a cerrar sus puertas tras los últimos asaltos sufridos en la zona

El miedo se ha apoderado de los vecinos de la pedanía ejidense de Las Norias de Daza. La situación de desempleo en la que se encuentra la mayoría de sus habitantes, de origen extranjero, ha desembocado en más de diez atracos en los últimos dos meses. Desde finales del año pasado los robos se han incrementado de manera espectacular, hasta el punto de que "todas las semanas hay dos o tres asaltos cuando hasta ahora el barrio era bastante tranquilo pese a tener la mitad de la población inmigrante" afirma un residente.

Así, asegura que esta semana se ha notado un incremento en la presencia de la Guardia Civil y la Policía Local "pero no sabemos si se debe al aumento de la delincuencia o a que están buscando algo especialmente, porque hay controles de carretera continuamente". La mayoría de habitantes coinciden en que se trata de pequeños hurtos por parte de inmigrantes que atraviesan duros momentos debido a la crisis económica y "roban para comer".

Para los vecinos no se trata de personas conocidas en la zona, por lo que suponen que muchos han llegado de otras partes de España. La lista de establecimientos y personas últimamente asaltadas es casi interminable, habiéndose registrado al menos una quincena de atracos. Los vecinos han comenzado a plantearse incluso realizar patrullas nocturnas para evitar los asaltos, una idea que no gusta a todos, porque consideran que deben ser los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado los que deben tener presencia continúa en una localidad con casi 10.000 habitantes censados, de los que aproximadamente la mitad son inmigrantes.

José Miguel Pujalte, titular de la farmacia que lleva su nombre, es una de las víctimas de estos hechos, y ratifica que al menos 13 ó 14 negocios han sufrido robos estos meses. "A mí me rompieron el cristal de madrugada con una piedra y entraron, pero saltó la alarma, llegó la Guardia Civil y pudo detener a uno de ellos cuando salía. Afortunadamente sólo pudieron llevarse una impresora láser que el seguro pagó, y apareció luego por ahí destrozada. No creemos que sean hurtos de bandas organizadas sino de gente necesitada, porque se llevan pequeñas cosas, que luego intentarán vender".

En la misma farmacia trabaja Lucía Ruiz, quien recientemente sufrió un tirón en el bolso, siendo la colaboración ciudadana la que detuvo al ladrón, que intentó autolesionarse para poder denunciar que fue maltratado. Los hechos, pese a tratarse de un tirón, fueron "de película". Eran algo más de las dos de la tarde y "un inmigrante marroquí me robó el bolso. Un vecino lo vio y corrió tras él. Luego salió una veintena de personas a ayudarme y acorraralon al chaval, que intentó rajarse el estómago con una botella de plástico, pero los vecinos lo impidieron. No tenía papeles y tras el juicio fue repatriado. Es curioso porque él mismo dijo que quería volver a su país".

A pocos metros de la farmacia se encuentra el supermercado Covirán que sufrió otro asalto en el que se llevaron embutidos de pavo, queso, colonia o la caja registradora "con el cambio que había, pasteles de nata o plátanos, pero no cogieron ningún producto que llevara cerdo, curiosamente", apunta Virginia, quien recuerda que "nos hicieron un butrón en la pared por la parte de atrás". Una de las muchas amas de casa que ha sido asaltada recientemente fue María Teresa, que fue asaltada cuando estaba dentro de la farmacia pesando a su niña "y una gitana aprovechó y se llevó el monedero. Aún no la han detenido".

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