El 'apagón' permanente al que se enfrentan en los últimos años los barrios más degradados por la creciente 'industria' del cultivo indoor de marihuana vinculada a los enganches ilegales requiere de un plan integral de actuación en el que intervenga la compañía eléctrica Endesa, el consistorio de la capital, la Subdelegación del Gobierno con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y los que están sufriendo directamente los perjuicios de los cortes de luz, los vecinos de determinadas zonas de los barrios de Pescadería, El Puche y Los Almendros. Endesa llevaba semanas esperando una reunión con el Ayuntamiento de Almería y ayer precisamente se produjo, horas antes de que se celebrara una manifestación por el corazón de la ciudad de una plataforma de afectados de La Chanca y Pescadería. El alcalde Ramón Fernández-Pacheco y la concejala delegada del Área de Fomento, Ana Martínez Labella, recibieron al responsable de la zona Almería-Sur de Sevillana Endesa, Juan de la Cruz Molina, para abordar posibles soluciones a las habituales interrupciones del suministro eléctrico y bajadas de tensión que se repiten en los últimos años a consecuencia de las tomas ilegales. El consistorio ha mostrado su predisposición a colaborar activamente desde el ámbito municipal con el objetivo de definir una hoja de ruta que permita acabar con la situación tan delicada que atraviesan las miles de familias afectadas. En el encuentro de ayer se acordó una ronda de reuniones en los barrios a las que se invitará a grupos de afectados y a las asociaciones de vecinos y también participará la Subdelegación del Gobierno que es la institución que ha venido coordinando con Endesa la lucha contra los enganches ilegales y las plantaciones de marihuana.

Pese al aumento de vigilancia e inspección y a las inversiones de la compañía eléctrica a la hora de detectar el fraude con tecnología de vanguardia como dispositivos de sensorización de la red como medidores guardianes y cámaras termográficas, la compañía no ha sido capaz de frenar los cortes de luz en determinadas zonas en las que se han venido disparando las plantaciones de cannabis. La empresa ha reconocido a Diario de Almería que la única forma de garantizar el suministro está en la eliminación de los enganches ilegales, sobre todo los que se emplean en los cultivos indoor. No han conseguido acabar con las interrupciones multiplicando la potencia y realizando grandes inversiones en las instalaciones porque el consumo de las plantas de marihuana sobrecarga la red y acaba deteriorando las líneas e incluso provocando incendios en los centros de transformación con el consiguiente riesgo para la seguridad de los residentes. Una plantación estándar (de 50-60 lámparas halógenas) necesita la misma energía de un bloque de treinta pisos, lo que evidencia los graves problemas que surgen en la distribución cuando son más de una las tomas clandestinas que se dedican a esta actividad. Entre 2017 y lo que va de año han desarticulado 115 plantaciones.