Cádiz abrió las puertas de su paraíso de arenas blancas, de playas vírgenes y de calles llenas de magia andaluza. Los vecinos del barrio de las 500 Viviendas, coordinados por la asociación San Pablo que preside Ricardo Martínez, disfrutaron de los paisajes, de las historias medievales y antiguas que duermen en el techo de las magníficas cúpulas. No quisieron quedarse sólo en la capital. Martínez hizo lo posible porque la ruta fuera variada, que dejara miles de recuerdos en las retinas de los residentes.

A la hora de elegir sitio donde quedarse, el enclave elegido fue en San Fernando, dentro de la conocida Ciudad de Ocio Bahía Sur. Martínez resaltó que la propuesta resultó óptima para descansar y reponer fuerzas, porque muchos de los trayectos se realizaron a pie. "Lo que vimos fue un lugar impresionante, y entre nosotros fue común el decir que ya quisiéramos los almerienses algo parecido en nuestra tierra, un espacio de estas dimensiones".

Centrándose en el concepto de medida y dimensión, también fue destacable la apariencia de la Catedral gaditana, tras visitarla quedaron maravillados. "Impresionante el ambiente", señaló el presidente de la asociación nada más pasar a este recinto". Mucha gente en los aledaños de la iglesia", señaló. "No entro a dar detalles de este puente, porque si lo hago, sorprendería lo bien que hemos aprovechado los días", aseguró Martínez.

Los 53 viajeros felicitaron al conductor, que decidió detener la marcha en Dólar para que los presentes pudieran llevarse de recuerdo a sus casas diferentes productos típicos de la Navidad. "Fue un viaje entrañable, no lo olvidaremos nunca".