El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, aterrizará hoy en zona hostil, título de la película rodada hace unos meses y que ambientó Afganistán sin salir del desierto de Tabernas, porque en Almería se encontrará a una ciudadanía y patronal más indignados que los talibanes que propiciaron aquella escaramuza al paso del convoy hispanoamericano al norte de la provincia de Herat. Demasiados incumplimientos y anuncios han quedado en papel mojado en los casi seis años de gobiernos del PP de Mariano Rajoy y el principal símbolo de esa eterna condena al ostracismo ferroviario está en los túneles sellados en el Barranco de los Gafarillos. Cero kilómetros y 1689 días sin obras de la línea de Alta Velocidad a Murcia son una herencia que el que fuera alcalde de Santander hasta octubre del año pasado tiene que asumir sin margen de maniobra, como ya le ocurriera al anterior ministro en la interinidad de un Gobierno en funciones, porque Fomento tiene que definir hoy un calendario de las inversiones y proyectos que va a desarrollar en esta legislatura y en la próxima. Ya no valen más las excusas de las expropiaciones que se han retrasado, ni la de las tortugas moras que la Junta iba a proteger, ni la de la priorización del esfuerzo inversor en culminar la Autovía del Mediterráneo con Málaga. Se han agotado todos los subterfugios a los que se vienen aferrando y los agentes sociales y económicos de la provincia no van a tolerar más verborrea sin documentos oficiales.

En su apretada agenda de hoy, sin encajar inexplicablemente un encuentro exprés con la Mesa en Defensa del Ferrocarril que viene liderando las reivindicaciones de la provincia en este campo, hará escala en la antigua estación del ferrocarril que espera el inicio de obras de rehabilitación decisivo, si bien antes estará en Alcaldía para abordar con el primer edil la cesión de terrenos de la avenida de Sierra Alhamilla para que el Ayuntamiento amplíe las zonas públicas y tenga uso ciudadano. A continuación visitará a Gabriel Amat en la Diputación, acabando en la Subdelegación del Gobierno en la que atenderá a los medios. Y habrá muchas preguntas después de su comparecencia. Son tantos los interrogantes e incógnitas por despejar que podría estar horas ateniendo a los planteamientos de la sociedad almeriense. Será la hora de exponer públicamente el calendario que prometieron a los empresarios en su visita a Madrid en febrero de 2013 y de aclarar si este año se completará alguna de las licitaciones pendientes y si el año próximo habrá obras del AVE a Granada. También tendrá que dar la cara con el misterio de la vía única y la doble plataforma de ancho internacional, cuestiones que pueden lastrar seriamente la infraestructura incluida en uno de los ejes prioritarios de la Red Transeuropea de Transportes. El Corredor Mediterráneo tiene que favorecer la transferencia de las mercancías y viajeros a un modo ferroviario desde las carreteras y la vía única puede ser un error cortoplacista.

La patronal, el lobby Ferrmed y la Mesa del Ferrocarril siempre han apostado por mantener un tren de Alta Velocidad similar al proyectado entre Algeciras y la frontera francesa en el conjunto del Corredor Mediterráneo. No se acepta la versión low cost que se ha manejado en los despachos de del Ministerio de Fomento y será, sin duda, una de las controversias de la visita del ministro si no hay compromiso con el doble ancho internacional.

El tren convencional está en vía muerta desde hace décadas, un ferrocarril a ninguna parte que se ha ido desmantelando y que ha convertido en odisea de casi siete horas el viaje a Madrid y de una aventura con transbordos por las obras del AVE en Granada en el eje hacia Sevilla. De hecho, de la incorporación a la red de la Alta Velocidad de la provincia vecina se puede obtener un rédito que se ha puesto también en la mesa de negociaciones con el Gobierno. El cambiador de ancho en Granada permitiría conectar con el AVE en el trayecto hacia el norte del país ahorrando en tiempo y confort. No es la única propuesta para las líneas convencionales, no hay que olvidar la importancia de las mejoras con Moreda y Granada, la electrificación de tramos de otro siglo y la reducción de parte de las "precauciones" obsoletas que limitan la velocidad. Íñigo de la Serna visitará hoy zona hostil. Bienvenido a la isla de Almería.