Almería

Condenas de 3 y 5 años por prostituir a una nigeriana con ritos vudú

  • Las dos mujeres acusadas de delitos de explotación sexual y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros aceptan la pena

Dos mujeres acusadas de prostituir a una mujer de origen nigeriano que presuntamente se veía obligada a mantener relaciones sexuales a cambio de 10 euros y era atemorizada con ritos de vudú, han aceptado hoy penas de 3 y 5 años de prisión tras reconocer que cometieron estos hechos. Las acusadas, F.O. y S.A.B. han mostrado su conformidad con estas penas después de que la Fiscalía haya rebajado durante la vista oral celebrada ayer por la mañana en la Audiencia Provincial de Almería su petición de 7 años y 3 meses para la primera y 6 años y 6 meses de cárcel para la segunda.

A petición del fiscal Fernando Brea, F.O. ha sido condenada a 5 años de prisión por un delito de trata de seres humanos con finalidad de explotación sexual en concurso medial con un delito relativo a la prostitución y a cuatro meses de multa a razón de 12 euros al día por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Por su parte, a S.A.B. le ha sido impuesta una pena de tres años de prisión y multa de doce meses con una cuota de 6 euros al día por un delito relativo a la prostitución.

En ambos casos a las dos acusadas les han sido impuestas órdenes de alejamiento de 300 metros durante 5 años respecto a una testigo protegida. A principios de 2014, la acusada F.O, contactó con la víctima en Nigeria y le ofreció la posibilidad de viajar pagándole los gastos a España donde, según le decía, "habría mucho trabajo y la vida era más fácil". Dada la "situación de pobreza" de la víctima, que no tenía trabajo ni medios y con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida, ésta accedió a trasladarse a Espala, de forma que entre febrero y marzo de 2014 F.O. le pagó el viaje de Nigeria a Marruecos. Una vez en este país, se perdió en contacto entre ambas y la víctima residió en Marruecos hasta agosto de 2015, tras lo que viajó a Libia e Italia.

Cuando la víctima llegó a este último país, F.O. contactó de nuevo con ella y le comunicó que tenía que ir a Roquetas de Mar (Almería) para poder trabajar, por lo que ésta se trasladó a dicha localidad en noviembre de 2015. Fue entonces cuando F.O. le informó de que tenía que ejercer la prostitución para pagar una "deuda" de 25.000 euros contraída por el viaje a España y, como carecía de documentación y al no conocer a nadie ni el idioma, y sin otra posibilidad de sobrevivir, se vio obligada a hacerlo. De esta forma, F.O. envió a la víctima al local regentado en Roquetas de Mar por la segunda acusada, S.A.B., quien a pesar de conocer las condiciones en las que se encontraba la nigeriana, la tuvo trabajando a disposición de sus clientes "todo el día".

La víctima realizaba así servicios sexuales en condiciones "insalubres" por los que cobraba 10 euros que debía abonar a F.O. y S.A.B. para pagar la supuesta "deuda" y por el temor que tenía a los rituales de vudú a los que se había visto sometida. S.A.B. cobraba además a la mujer por residir en el bar, "haciendo interminable dicha deuda". Tras un registro en las viviendas de la acusadas y en el bar en el que trabajaba la víctima, fueron localizados en la casa de F.O. 475 euros de la "deuda" que ésta abonaba y diversos efectos relacionados con la prostitución en el bar de S.A.B., en el que aparecieron escritos de rezos y bolsas de vudú.

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