Crónicas desde la ciudad

Convento de Las Puras (XXII. Final): BIC y Restauración

  • Dada la antigüedad y valor arquitectónico del conjunto de espacios yuxtapuestos, en 1992 la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento

Convento de Las Puras (XXII. Final): BIC y Restauración

Convento de Las Puras (XXII. Final): BIC y Restauración

En 1515 Teresa Enríquez fundó el Real Monasterio de las Concepcionistas Franciscanas, habilitando para tal menester unas huertas con sus correspondiente casas-torres de labranza y recreo (almunias) que habían pertenecido a tres “moros” principales (Juaní, Abostid, Toledatolí) y que le habían sido entregadas en el Repartimiento a su esposo, Gutierre de Cárdenas, en premio a su participación en la toma de Almería. Es por tanto, el más longevo inquilino religioso y/o civil del arrabal de la al-Musalla (Oratorio), a extramuros de la Almedina. Más antiguo que la catedral, hospital o casas del Concejo Municipal y Audiencia. Lógicamente, en tan dilatada existencia el conjunto mudéjar sufrió mil y un avatares. Además de estar declarado BIC, se encuadra en el nivel 1º del catálogo de edificios singulares del Pgou vigente y su huerta incluida en el preinventario de jardines de interés patrimonial de la Junta de Andalucía. 

Desafueros 

Como el resto de la ciudad, en 1522 debió soportar el terrible terremoto que arruinó vidas y haciendas. El convento no aguantó los envites sísmicos y hubo que sacarlo nuevamente de cimientos -presumiblemente respetando la traza original -según indican los restos islámicos hallados- configurándose en distintos módulos yuxtapuestos, prácticamente como hoy conocemos. En una agresión menos natural y más ¿humana?, la primera “mordida” a su patrimonio vino de manos del obispado de Portocarrero, cuando gratuitamente anexionaron terrenos para la edificación del Seminario. Y prosiguieron en los siglos XVI al XIX, con las figuras no menos nefastas de los prelados Andrés Rosales y Anacleto Meoro. Por exigencias urbanísticas, en la centuria decimonónica debieron retranquear sus muros perimetrales de la calle Cervantes, Gutierre de Cárdenas, Juez y Administración Vieja, aunque en este caso el Ayuntamiento las indemnizó oportunamente. 

Claustro meridional Claustro meridional

Claustro meridional

Pasadas las décadas, la Orden construyó el colegio de La Purísima dando fachada a esta última plaza y la trasera a la zona del compás, torno y puerta reglar. Aunque lo sobrevuela en altura, la mayor agresión visual sin embargo viene dada por Colegio Público “Giner de los Ríos”, en la calle Cervantes, propiedad de la Junta por adquisición al Obispado antes del curso 1980/81, en el que lucía el nombre de “Obispo Diego Ventaja” (en los años cuarenta hubo otro “Diego Ventaja” estatal en calle La Reina). Agresiones paisajísticas impunes en el entorno del Casco Histórico a las que se sumaron el edificio de viviendas (horrible) de General Castaños esquina a Sánchez Toca, el no menos horrible de la Librería Pastoral en calle Velázquez y la Casa Sacerdotal “San Juan de Ávila”, en plaza Catedral, monumento a la soberbia eclesiástica. En la memoria reciente de los almerienses está la iniciativa de la Diócesis presidida por Rosendo Álvarez Gastón, invadiendo la intimidad (ventanas indiscretas) de las religiosas y causando daños materiales a la estructura de su iglesia.

En julio de 1982, el convento de La Purísima fue declarado monumento histórico-artístico

En un caso insólito (creo) de la historia de España, las monjas denunciaron ante los tribunales ordinarios de Justicia lo que consideraron un atropello. Finalmente, el contencioso concluyó y la comunidad dejó de batallar. Solo aspiran a la oración en la paz de su monasterio y no remover dolorosas cenizas. Bastante tuvieron con una damnificada inducida a abandonar la clausura. Los ciudadanos en cambio –de nada valió la denuncia de unos pocos- tuvimos que “tragarnos” el edificio de marras en lugar de gozar de una plaza expedita, ampliada y con sugerentes vistas a la Alcazaba, al propio monasterio y a la portada barroca de su iglesia ¡La arrogancia curial es moneda corriente desde don Pelayo! Aunque en este caso, tanto Ayuntamiento como Consejería de Cultura se comportaron con idéntica falta de compromiso urbanístico. 

Monumento 

Las manifiestas características de antigüedad e interés arquitectónico llevaron a la necesidad de protegerlo en su conjunto. El 09/07/1982 la dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas publicó en el BOE el acuerdo de incoar expediente de declaración de monumento histórico-artístico a favor del convento de la Purísima Concepción en Almería. Una década más adelante, el 14 de julio de 1992, la Junta de Andalucía emitió el definitivo decreto declarándolo Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Curiosamente, en el documento oficial se desliza un error de bulto al confundir colegio por iglesia: “Tanto el Convento como la Iglesia, obra de Ortíz de Villajos, se construyen sobre 1522”. Ubicado junto a la Catedral, el espacio público circundante fue asimismo protegido: calles y plazas Gutierre de Cárdenas, Juez, Administración Vieja, Cervantes, Sánchez Toca, Eusebio Arrieta (José Ángel Valente), Arráez, Beatriz de Silva y san Indalecio. A título de curiosidad cabe señalar que en dicha fecha fue igualmente distinguido BIC el monasterio de El Saliente, en Albóx. Extracto lo más significativo del expresado texto sobre Las Puras:

El prestigioso arquitecto Blanes Arrufat llevó a cabo su restauración entre 1988-2005

 "El conjunto se organiza alrededor de un patio porticado en tres de sus lados y un claustro de planta rectangular al que se adosa la Iglesia. El claustro porticado, con zona ajardinada en su interior, está rodeado con arcos carpaneles construidos en ladrillo simulando aparejo mediante pinturas que alternan el color rojo con el blanco y se apoyan sobre columnas toscanas.

La galería superior, de forma adintelada, descansa sobre columnas toscanas y termina su antepecho con celosías caladas de tracería geométrica.

(Tras extenderse en detallar la iglesia y su fachada, concluye): El exterior está constituido por una serie de volúmenes irregulares de cubiertas planas a excepción de la Iglesia y la crujía transversal que lo hacen con tejado a cuatro vertientes… “.           

Eduardo Blanes Arrufat 

El prestigioso arquitecto almeriense es el responsable de la totalidad de las obras de restauración llevadas a efecto en “varias fases, entre 1988-2005”, sobre una parcela de 3.254 m/2 y una superficie construida, en distintas plantas, de 4.006 m/2. En la mayor parte sufragados (160 millones, incluidos la recuperación de los murales del refectorio) por la Junta de Andalucía, según proyectos de los años 1987, 1991 y 1996. Y en menor escala por la propia Comunidad, acogidas al Programa de Rehabilitación Municipal. 

En síntesis, la restauración abordó por completo el conjunto de edificaciones, “mejorando sus condiciones estructurales y constructivas, así como su estado de conservación y habitabilidad, aventurando la fidelidad histórica-artística de sus construcciones y materiales, que en conjunto garantizan la salvaguarda del conjunto que la historia ha legado”. Para ello, Blanes Arrufat, “ha devuelto las estructuras portantes de madera sustituidas en décadas pasadas por forjados de hormigón, descubierto revestimientos originales, recuperado los niveles alterados y restaurados y restituidos los materiales constructivos propios del Convento”.

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