La Guardia Civil detuvo ayer por la tarde a un hombre de nacionalidad marroquí por su presunta implicación en el homicidio de Ousmane Kote, el joven senegalés de 28 años que falleció como consecuencia de varias puñaladas cuando intentaba mediar en una discusión entre dos vecinos del barrio de las 200 Viviendas en Roquetas de Mar. Fuentes de la investigación aseguraron que, al parecer, el arrestado presenció y participó presuntamente, desde el principio hasta el final, en la pelea. No obstante, los agentes tendrán que dirimir, a raíz de su declaración, su concreta implicación en los hechos.

Por el momento, la Guardia Civil no descarta nuevas detenciones y continúa con la búsqueda de un hombre de nacionalidad española que fue el que, presuntamente, apuñaló al senegalés, y que desde el día de los hechos se encuentra en paradero desconocido. El dispositivo de localización se ha extendido a otras provincias de España, según fuentes de la Comandancia de Almería.

Por otro lado, el Juzgado de Instrucción número 1 de Roquetas dictó ayer el ingreso en prisión de uno de los subsaharianos que participaron activamente en los destrozos, mientras que los otros siete implicados han quedado en libertad con cargos. Para todos ellos se han impuesto medidas cautelares con las que se pretende garantizar su presencia en el proceso judicial abierto, como es la prohibición de salir del país, la retirada del pasaporte o la obligación de personarse ante la autoridad judicial cada quince días. Hasta ayer, los dos últimos detenidos aún no habían pasado a disposición judicial.

El cadáver, que aún permanece en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal, será "previsiblemente repatriado", según apuntaron desde el consulado de Senegal, aunque por el momento no ha trascendido ningún dato sobre el resultado de la autopsia. El Juzgado que se ha hecho cargo de las diligencias de la muerte de Ousmane kote y de las detenciones que se han practicado a raíz de la misma, decretó ayer el secreto de sumario sobre el caso.

Nadie confiaba en que la noche del lunes iba a ser tranquila, pero el amplio despliegue policial (más de cien efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad) destinado al barrio de las 200 Viviendas garantizó, no sólo la calma sino también la seguridad. Así lo confirmaron desde la Subdelegación del Gobierno en Almería y fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil, desde donde además indicaron que "una vez entrada la noche los agentes despejaron las calles y lograron disuadir todos los grupos de subsaharianos que alteraron el orden público las dos noches anteriores, el sábado y el domingo".

El barrio vivió la primera noche sin altercados después del asesinato de uno de sus vecinos, Ousmane kote, el pasado sábado y a manos de otro de los ciudadanos que residían en el barrio. La Guardia Civil mantendrá la vigilancia de la zona hasta que haya indicios de que todo ha vuelto totalmente a la normalidad.

Los dos días de altercados concluyeron con ocho detenidos por alteración del orden público y resistencia y atentado a la autoridad, y a éstos hay que sumar otros dos arrestados por hechos similares. En total los disturbios han dejado siete heridos de diversa consideración, entre ellos, un agente de la Guardia Civil que recibió un impacto con una piedra en la oreja y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el hospital Torrecárdenas, como informaron desde el Instituto Armado.