Almería

Espectáculo colorista, efectista y festivo de las kábilas y cuarteles

  • El desfile pone el broche a un fin de semana con nuevo éxito de público Los Bandoleros mojaqueros entregaron un recuerdo a los Bandoleros de Novelda (Alicante), asistentes habituales al desfile, por su 50 aniversario

Mucho antes de las siete de la tarde, las calles del recorrido oficial del desfile de Moros y Cristianos estaban atestadas de personas ávidas de contemplar el paso de las Kábilas Aljamamudéjar, Moros Viejos, Tuareg Moxacar, con la Capitanía del Bando Moro de Moriscos Ali-Ole, y los Cuarteles Cisneros, Templarios, y Bandoleros, que ostentaban la Capitanía del Bando Cristiano. En la plaza del Arbollón, en las arribas de la calle Alcalde Jacinto, los componentes de cada Kábila, de cada Cuartel, daban los últimos toques a sus indumentarias.

A las siete, según las campanas de la iglesia parroquial de Mojácar, la vigésimo sexta edición de Moros y Cristianos se ponía ayer en marcha. La Plaza Nueva era el escenario natural para la exhibición artística de todas y cada una de las agrupaciones aplaudidas con entusiasmo por las numerosas personas que habían escogido ver desde ahí el desfile.

Cada Agrupación se lucía: danza del vientre, cruces y cambios en la cadencia de los pasos, marcha con parada en las curvas, alardes todos ellos para estimular el aplauso, para provocar desafíos a las otras Agrupaciones, para dar el espectáculo colorista, efectista y festivo, de un desfile de Moros y Cristianos que este año ha cumplido los veintiséis años.

Una a una las Kábilas y uno a uno los Cuarteles, mostraron sus mejores galas, sus ropajes coloridos y coloristas, la conjunción de sus pasos, la alegría de sus rostros, también el cansancio, porque el desfile de Moros y Cristianos de ayer era el broche a tres días festivos agotadores.

Lo vivieron intensamente, y lo pudieron comprobar, los miembros de la Asociación de la Asociación de Hermanamiento D'Encamp que tuvieron la gentileza de desplazarse desde la hermana localidad andorrana a compartir las fiestas grandes de Mojácar.

Antes del colofón se sucedieron los actos previstos y programados: la entrega de las llaves de la ciudad por parte del rey Moro al capitán cristiano, en este caso a los Bandoleros que ostentaban la capitanía cristiana, la posterior lectura de los pregones infantil y adulto, y la apertura de Kábilas y cuarteles.

Como novedad, los Bandoleros mojaqueros hicieron entrega de un recuerdo a los Bandoleros de la alicantina ciudad de Novelda, asistentes habituales al desfile, por su 50 aniversario. Ya el sábado, en la playa del Descargador, las bailarinas de danza oriental amenizaron los preámbulos del torneo medieval a caballo. Los jinetes y amazonas mostraron su habilidad en el ensarte de las cintas que luego entregarían a las damas que presenciaban el espectáculo desde un palco con el Mediterráneo al fondo.

Tras una merecida pausa de descanso, las agrupaciones de Moros y Cristianos de Mojácar tomarán de nuevo el trabajo de organizar para el próximo año las fiestas más importantes de la comarca del Levante Almeriense.

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