Almería

El 'Forrest Gump' de la comarca

  • Ramón Cáceres, un agricultor de Cúllar de 54 años de edad, se entrena cada día y hace más de cincuenta kilómetros. Es campeón andaluz de cronoescalada

Según indica su documento, Ramón Cáceres nació en Cúllar, Granada, en el año 1958. Va para 54 años, y ha sido campeón andaluz de crono escalada, o del duatlón de Navacerrada en Madrid. "Eran otros tiempos", nos dice quitándole hierro al asunto. Estuvimos con él, en la maratón que une las localidades de Armuña, Tíjola, Bayarque y Bacares. Todos los años participa de esta carrera que entre otras particularidades se corre con un alto nivel de complejidad por lo empinado de la carretera que comunica el pueblo de salida, con el de llegada.

Eran otros tiempos, es lo primero que logramos sacarle, después de estar durante varios minutos intentando convencerlo para que nos cuente sobre su afición. Ramón no quiere fotos ni salir en los periódicos, "yo soy simple, me gusta correr y por eso vengo, pero no soy el campeón. Allí los tienes", nos indica con un gesto, mientras no deja de masajear sus piernas. Tal vez su parquedad y humildad respondan a su origen y profesión. Un hombre de campo, a la usanza, corto de palabras y curtido por el tiempo. Aunque muchos le señalan como el pastor, nos dice que no, que en verdad es agricultor; "tengo un trozo de tierra y allí cultivo olivos y almendros. Este año, a pesar de las heladas y el granizo, habrá cosecha", afirma. Pero Ramón es un personaje diferente entre los casi 200 atletas que se dan cita en esta competición; es famoso nos dicen, porque hasta hace muy poco venía en bicicleta desde Cúllar hasta Tíjola. "Algunos años me venía la tarde de antes, dormía por ahí y a la mañana corría", confiesa ante nosotros. Si llegaba en el día y había tiempo antes de la carrera, se iba a la fuente de Cela a darse un baño, corría los 22 kilómetros de la maratón, y se iba inmediatamente, porque tenía que encerrar a los animales. Claro, entre pecho y espalda se clavaba unos 130 kilómetros; "ahora me he comprado un cochecito y he venido en él, pero ya me voy", nos dice Ramón, quien a pesar de haber pertenecido al equipo autonómico de Murcia, no es un corredor profesional.

"Hago cinco sesiones de entrenamiento por semana. Me levanto temprano, trabajo en mis cosas, recorro la tierra y me dejo un tiempo para entrenar. De carrera hago unos 50 kilómetros y en bicicleta, en un fin de semana, llego a hacer entre 150 y 200", dice como quien habla de ir a comprar el pan. "Trato de entrenar como lo hacen los profesionales, pero si usted va y le pregunta a ellos", señalando a una multitud de corredores, "le explicarán cómo hay que hacerlo".

Le decimos que por ahora nos interesa su historia. Se nos trata de escapar, pero insistimos en que nos cuente cómo empezó esta afición por correr. "En mi época, en los pueblos nadie hacía deporte, es que tampoco estaban las cosas como para ello. Me acuerdo que hubo un invierno en el que no paraba de llover, y yo me aburría porque no podía hacer los trabajos en el campo, ni tenía posibilidades de hacer más cosas. Entonces para no aburrirme, y como no podía hacer otra cosa, comencé a correr; de eso hace más de 25 años". Ah, igualito que Forrest Gump, le decimos. Será, nos contesta mientras insiste en que le dejemos marchar porque se tiene que volver a cuidar de sus plantas y sus animales.

Felipe, un miembro de la organización, se acerca mientras charlamos y le pregunta si ha cogido los elementos del avituallamiento. La respuesta es negativa, y sigue pelando una naranja de las tres que saca de su bolsa deportiva. Felipe insiste, y Ramón también le quita importancia a la reposición de fuerzas. Con las naranjas de su bancal parece tener suficiente. "Ahora si que me voy, ya le he contado algo, ustedes pongan lo que vean conveniente".

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