Almería

HUÉRCAL DE ALMERÍA. Libros de bolsillo, populares y de calidad

Libros de bolsillo, populares y de calidad

Libros de bolsillo, populares y de calidad

En 1892 nació Enrique Cuenca “H.C. Granch” en La Goleta, en plena Vega de Acá almeriense Despensa de la capital cuando desde muy temprano carros y caballerías cargadas con todo tipo de hortalizas surtían a la alhóndiga situada la planta sótano del Mercado Central (ahora dedicada al pescado y marisco). Con sus cortijos en vías de extinción y convertida en zona residencial y de equipamiento lúdico/deportivo, hoy se muestra irreconocible. El que parte de la familia de nuestro hombre procediese, según tenemos entendido, de la cercana Huércal lo hace protagonista del secular “arrabal de los señores”.

En su continuada labor investigadora y rescate de personajes y costumbres olvidadas, Alejandro Buendía -director del Museo de Terque- presentó en la Biblioteca Villaespesa una muestra antológica dedicada a Enrique Cuenca Grancha, prolífico autor de novelas de bolsillo, no por ello exentas de mérito literario. Un auténtico desconocido en la Almería testigo de su nacimiento el 12 de mayo de 1935. A Buendía debemos la ajustada semblanza.

Las novelas que se vendían, alquilaban o cambiaban en quioscos y lugares similares cumplieron, en tiempos de guerra y posguerra, un relevante papel en la culturalización del país y en el desarrollo de la lectura como hábito y método de aprendizaje. Calificada como novela popular, quizás por ello fue minusvalorada; pese a la calidad de muchos de sus autores y colecciones de bajo coste. Entre sus características cabe subrayar las portadas coloristas e ilustraciones interiores para atraer al comprador; poca extensión (60 a 100 páginas, papel de escasa calidad), formato reducido y bajo precio, lo que las hizo asequibles al gran público.

La autarquía económica de los años Cuarenta supuso en España una oportunidad a escritores y periodistas que encontraron en ellas el medio de no naufragar en la indigencia, caso de Francisco González y Federico Mediante; o bien a traductores de novelas extranjeras como José Mallorquí y nuestro biografiado. Enrique Cuenca “H.C. Granch” es, junto a Ángel Cazorla Olmo “Kent Wilson” (Santa Cruz de Marchena, 1930) el único almeriense en abordar los géneros más demandados de la llamada literatura de quiosco. También Carmen de Burgos o Francisco Villaespesa publicaron novelas cortas, pero en colecciones más literarias: El Cuento Semanal, La Novela Corta o La Novela de Hoy.

Editorial Molino

Sus padres, agricultores emigrantes, residieron y regentaron negocios en Argentina y Cuba antes de regresar nuevamente a Almería. Con doce abriles nuestro invitado viajó por el mundo previo a una estancia de lustros en Londres. Lector empedernido, autodidacta y de considerable cultura, su conocimiento de siete idiomas lo llevaron en los años Treinta a la Editorial Molino, de Barcelona, en calidad de traductor en su colección Biblioteca de Oro, una de las de mayor popularidad y tirada. A lo largo de su vida tradujo más de 220 libros, compaginando esta tarea con la de escritor. Co-fundó la Asociación de Profesores de Idiomas y Traductores, encargada de defender en España los derechos laborales de los mismos.

Enrique Cuenca Enrique Cuenca

Enrique Cuenca

Con su propio nombre de Enrique Cuenca firmó poco título; el grueso lo hizo bajo dos seudónimos: H. C. Granch y A. Morgan Davis, llegando a elaborar casi un centenar de obras (1934 a 1965) de diferentes géneros. Las primeras en la Serie Popular Molino (1934-1936), dedicada a las aventuras de Buffalo Bill y Diamond Dick. En Editorial Clíper (1940), también catalana, destacan dos grandes series del Oeste, con personaje central: Mac Larry (35 volúmenes), historias de un vaquero en los ranchos donde trabajaba; Fred Custer (24); o en la colección México, de Toray. 

Cultivó profusamente la novela policíaca, con el detective Nick Carter y Frank Sullivan, profesor de Física de la Universidad de Harvard, de protagonistas: Un crimen en la sombra, El enigma del collar, Cadena de crímenes, El siniestro Doctor Crippen. Y el género de terror: El escarabajo egipcio o El monstruo de Chicago. La literatura infantil fue asimismo campo abonado para una intensa labor traductora y como adaptador y narrador de relatos clásicos en las editoriales Maucci y Molino: Cuentos populares españoles, Cuentos populares africanos o La Princesa y el Pescador. Enrique Cuenca Grancha se casó en Barcelona en los años Treinta, dejando de viajar y dedicándose de lleno a la traducción y a la escritura. Su bagaje cultural les imprimió mayor calidad a sus posteriores novelas; mientras que su experiencia vital le permitió adentrarse en mundos de fantasía y aventuras de papel. Su hija, Mari Ángeles Cuenca Sabau, recuerda como su padre marcaba dos lugares en el mundo donde le hubiera gustado vivir: Sudáfrica y las islas Bora-Bora, en la Polinesia Francesa. Recordaba igualmente la anécdota de un importante editor que ante su falta de ingenio le proporcionó temas para que él y sus compañeros los rescribieran. Falleció en su domicilio de Barcelona en 1970.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios