Huebro ha celebrado este fin de semana sus fiestas en honor a la Virgen del Rosario. Pero no han sido unas fiestas al uso, ya que por segundo año consecutivo no ha habido ni romería, ni procesión y por no haber ni se ha oficiado una santa misa. La guerra abierta hace ya más de un año entre el párroco de Níjar y vecinos de este pequeño pueblo a tres kilómetros de la villa continúa. Una disputa que hace que se desluzcan estas celebraciones con una larga trayectoria y con las que se cierra el calendario de fiestas del verano nijareño.

La pelea surgió el pasado año cuando el párroco quiso realizar un traslado de la imagen hasta la villa de Níjar, donde permanecería unas semanas hasta la celebración de su fiesta el 3 de octubre. La decisión no gusto y los vecinos se encerraron en la iglesia durante tres días para impedirlo. Al final fueron desalojados y la problemática se inquistó.

Huebro, profesa una gran devoción por la Virgen del Rosario, su patrona, cuya imagen fue encontrada en los montes de los alrededores y traída a la Iglesia por un pastor del pueblo de Dalias llamado Sebastián de Parra, en el año 1690. Pero el pueblo no ha podido mostrar su devoción a la patrona.

A pesar de ello (y otros sin daberlo), han sido muchos los que han subido con motivo de estas fiestas a esta pedanía, aunque una vez allí no hayan podido entrar en la iglesia que ha permanecido cerrada todo el fin de semana y rezarle a la santa.

Algunos de ellos, a pesar de toparse con el portón cerrado a cal y canto han decidido dejar sus peticiones y promesas pegadas en la puerta. Una imagen peculiar y llamativa, aunque no extraña para los residentes de Huebro.

Y es que cabe recordar que a través de un escrito hace unas semanas, la Asociación de Vecinos Nuestra Señora del Rosario denunciaban que la iglesia de Huebro, de 1690 y estilo mudéjar, "vive en 2016 un periodo oscuro, nunca mejor dicho, porque sus puertas están totalmente cerradas, desde el mes de marzo".

En dicho comunicado informaban que los devotos de la virgen del Rosario y feligreses de esta iglesia no pueden entrar a este lugar, ya que por una decisión que no depende de ellos, no se ofician actos religiosos, existiendo una lista de bautizos inexistentes.

En el escrito también indicaban que a pesar de que el templo está cerrado los fieles siguen acudiendo a las puertas de esta iglesia, "donde dejan las flores y velas, que bien tienen como promesa entregar a la imagen de la virgen del Rosario y su iglesia".

Del mismo modo, desde la Asociación de Vecinos Nuestra Señora del Rosario de Huebro criticaban que ante el cierre del templo, éste no se limpia, por lo que es estado de dejadez es muy importante.

No en vano, ningún vecino cuenta desde el año pasado con llave, pues la guerra entre vecinos e iglesia provocó el cambio de cerradura por parte del sacerdote de la villa de Níjar.