Almería

El cambio climático está prendiendo la mecha en las sierras de la provincia

  • La escasez de lluvias y las altas temperaturas aumentan la alta probabilidad de incendios porque la vegetación no logra recuperar la humedad

Un grupo de bomberos forestales camina hacia la zona afectada por el incendio.

Un grupo de bomberos forestales camina hacia la zona afectada por el incendio. / Iván Gómez

En lo que va de verano, los municipios de Turre, Berja, Canjáyar, Huércal de Almería, Terque, Huécija, Bentarique, Íllar, Instinción y Enix han visto cómo ardían sus montes y sierras. Desafortunadamente, los incendios forestales se han convertido en un habitual de los veranos en la provincia. En la última década, las alarmas se han encendido debido a dos factores que multiplican de forma exponencial el riesgo, de por sí extremo, de incendios en Almería. La escasez de lluvias, unida al ascenso descontrolado de las temperaturas, generan un cóctel fatal para la salud de las sierras de las provincia. Hace un mes, casi 1.200 hectáreas ardían en la Sierra de Gádor, pasando a la historia como uno de los incendios más devastadores de Almería.

El riesgo de incendios forestales en la provincia es extremo. “No hay ningún día en el que podamos decir que no hay peligro”, señala Rafael Yebra, director del Centro Operativo Provincial del Plan Infoca en Almería. No obstante, este riesgo depende de infinidad de factores, como la humedad o el viento, cuya incidencia varía de forma constante. Pese a estas fluctuaciones, el clima árido que impera durante todo el año en la provincia, así como los vientos de Poniente, sitúan a la provincia en un nivel de riesgo muy alto. Asimismo, a estas características naturales se suman las consecuencias del cambio climático, provocando que, de forma cada vez más habitual, los combustibles naturales de las sierras y montes de la provincia no puedan recuperar la humedad necesaria durante las horas nocturnas. De esta forma, cualquier agente de riesgo puede provocar un incendio de rápida expansión y grandes dimensiones.

El clima seco y los vientos de Poniente no son las únicas particularidades que sitúan a la provincia en un nivel de peligro extremo. La topografía de las sierras y montes almerienses es “compleja”, aclara Rafael Yebra. Durante las labores de extinción de incendios como el que calcinó la Sierra de Gádor el mes pasado, algunos barrancos de profundidad considerable han dificultado el acceso a algunas zonas. Además, cuatro sierras de la provincia pasan de los 2000 metros de altitud, un nivel en el que el terreno se escarpa y las condiciones de los accesos son más complejas. La exposición de la vegetación a la particular sequía del clima de Almería amplía el periodo de alto riesgo por incendios forestales en la provincia, que arranca durante el mes de mayo y finaliza en octubre. Aún así, dos de los incendios más importantes de la historia, los que afectaron a la Sierra de Gádor y a Lucainena de las Torres en 2014, fueron declarados en los meses de marzo y abril, respectivamente. Por el contrario, las provincias del Atlántico no sufren esta particularidad, por lo que el periodo de peligro en sus sierras solo se extiende a los meses de verano.

Rafael Yebra, director del Centro Operativo Provincial del Infoca. Rafael Yebra, director del Centro Operativo Provincial del Infoca.

Rafael Yebra, director del Centro Operativo Provincial del Infoca. / Iván Gómez

Un alto porcentaje de los incendios forestales declarados en Almería son provocados por las tormentas eléctricas, la causa natural más común. Por ejemplo, un rayo originó las llamas que incendiaron la Sierra de Gádor el mes pasado. No obstante, la incapacidad de la vegetación para recuperar la humedad durante la noche multiplica la incidencia de los rayos en las sierras. El director del Centro Operativo Provincial del Plan Infoca en Almería subraya que “el cambio climático y sus consecuencias multiplican el índice de incendio por rayo caído”. “Caen 200 rayos y prenden 10”, añade Yebra. Además, el calentamiento global favorece la generación de tormentas eléctricas.

Rafael Yebra destaca que el riesgo de incendios forestales en la provincia es “homogéneo”, es decir, no existen sierras o zonas específicas en las que el peligro sea notablemente más alto. Los factores que favorecen el origen de las llamas no inciden de forma particular en áreas concretas. Sin embargo, el equipo provincial del Plan Infoca pone especial atención en los espacios naturales de mayor valor ecológico de la provincia. En consecuencia, zonas como el Parque Natural de Cabo del Cabo de Gata-Níjar están bajo el foco durante todo el año porque las secuelas podrían resultar desastrosas.

El incendio que calcinó cerca de 1.200 hectáreas en la Sierra de Gádor durante cinco días el mes pasado se situó como uno de los más graves en la historia reciente de la provincia. En este elenco se encuentran los dos incendios que se produjeron en el año 2014, que estuvieron entre los tres más importantes del año en toda España. Por orden cronológico, en el mes de marzo se vieron afectados los municipios de Alhama de Almería, Santa Fe de Mondújar, Enix, Terque y Gádor, donde las llamas arrasaron con 3.500 hectáreas de matorral y pinar. Un mes más tarde, Lucainena de las Torres ardía en un incendio que calcinó 2.400 hectáreas. La particularidad de estos dos desastres naturales que preocupó al equipo del Plan Infoca sobremanera fue el periodo en el que ocurrieron. Pese a que el clima seco de la provincia amplía los meses de riesgo extremo, nunca se había previsto que incendios de tal índole pudieran originarse en los meses de marzo y abril. Como curiosidad, un gran porcentaje del área afectada por el primero coincide con las hectáreas calcinadas en la Sierra de Gádor el mes pasado. De hecho, las llamas arrasaron con parte de la reforestación llevada a cabo hace un lustro.

El equipo de bomberos del Infoca, en uno de sus desplazamientos. El equipo de bomberos del Infoca, en uno de sus desplazamientos.

El equipo de bomberos del Infoca, en uno de sus desplazamientos. / Iván Gómez

En este segundo incendio en la zona, la catástrofe se evitó gracias a una técnica de prevención que el Centro Operativo Provincial del Plan Infoca en Almería ha estado llevando a cabo en los últimos años. Se trata de la ‘quema prescrita’, un modelo que se basa en la reducción de biomasa mediante la combustión controlada de la misma, que es llevada a cabo por bomberos forestales especializados. En la Sierra de Gádor los miembros del equipo provincial del Plan Infoca realizaron varias quemas prescritas tras el incendio que tuvo lugar en la zona en marzo de 2014 como medida preventiva en caso de originarse otro fuego. Gracias a esta actuación, el incendio declarado el mes pasado no se extendió con tanta facilidad. Tanto es así que varios focos detuvieron su curso en los límites de la zonas donde se habían realizado las quemas. El Plan Infoca en Almería está formado por 460 personas, entre funcionarios y personal laboral de la Administración y de la Agencia de Medio Ambiente y Agua (AMAYA). El Centro Operativo Provincial de Almería cuenta con 4 medios aéreos (3 helicópteros de transporte y extinción), 1 avión de carga en tierra y 12 vehículos (10 autobombas, 2 nodrizas y 1 Unidad Móvil de Meteorología y Transmisiones).

Su presupuesto anual es de 18,44 millones de euros, de los que 8,99 millones se destinan a la prevención y el resto a las labores de extinción (9,4 millones de euros).

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