Ha sido su primera corrida como torero de alternativa. Si para tomarla tuvo que irse a Francia, para debutar como maestro ha tenido que cruzar el charco e irse ¡a México. Y de milagro no ha tenido que regresar ‘nuestro’ José Cabrera sin torear ya que un gran aguacero hizo peligar la finalización del festejo. Lidiaban en el coso de Tlaxcala novilleros mexicanos y ecuatorianos y el almeriense como único torero de alternativa. Los toros eran de Lagasca, de la difícil sangre de Santa Coloma, de pelo cárdeno igual que sus primos los Vitorinos, como puede verse en la foto.

El de Cabrera pesó 450 kg. Lo recibió con lances muy pausados, gustándose, sin prisas. Luego lo banderilleó con su habitual decisión y arrojo. Llegó el momento de coger la muleta y un fuerte aguacero caía sobre Tlaxcala, lo que hizo que mucha gente se marchara antes de tiempo. Toreó con gusto y elegancia, con pases de largo recorrido. Mató de una gran estocada y cortó una oreja que debieron ser dos pero la gente se había ido ya.