Almería

La Junta pone fin al descuido del Cortijo Fischer y anuncia inicio de obras en septiembre

  • La rehabilitación de esta emblemática casa concluirá en 18 meses con su reapertura como Instituto Andaluz de la Mujer

La recuperación del Cortijo Fischer o Cortijo del Gobernador es ya un hecho después de que la Junta de Andalucía haya adjudicado las obras de rehabilitación de esta vivienda, una de las más emblemáticas que conserva la capital y máximo exponente del modernismo arquitectónico en Almería, que recobrará todo su esplendor con las esperadas obras de rehabilitación.

Como ya adelantara Almería Actualidad el pasado mes de abril, la tareas ahora adjudicadas a la empresa Sacyr, consistentes en una reforma integral, comenzarán en el mes de septiembre. La planificación prevista estima necesarios 18 meses para poder recuperar en su totalidad este inmueble cuyo futuro es convertirse en la sede definitiva del Instituto Andaluz de la Mujer en Almería. Son en total 1.223,49 metros cuadrados de superficie construida sobre una finca que alcanza una extensión de hasta 13 hectáreas de jardines circundantes y que también serán objeto de una actuación pasaijística.

De hecho, la ejecución de las obras aplicará las líneas maestras del equipo multidisciplinar que, capitaneado por el conocido arquitecto Ramón de Torres, está integrado por historiadores, restauradores e ingenieros, entre otros, que han hecho una labor previa de recogida de documentación con la intención de ser lo más respetuoso posible con este palacio colonial que mandó a construir a finales del siglo XIX Hernann Federico Fischer.

El que fuera cónsul en Almería de Dinamarca (antes lo fue en Málaga también de Rusia, Italia, Alemania y Francia), se asentó en la capital como comerciante de uva, encargando la construcción de una réplica exacta de la casa familiar de la que disfrutaba en Lübeck (Alemania). Pero además de los valores arquitectónicos e históricos -fue más adelante las viviendas de los gobernadores civiles, de ahí el nombre del Cortijo del Gobernador-, el palacio colonial encierra otras curiosidades de corte romántico.

Originariamente la vivienda era conocida como el Cortijo de Santa Cecilia, en honor a la primera esposa del cónsul, que murió por causa de una caída de caballo en 1882. Cecilia era una amante de las rosas por lo que Fischer ordenó que fueran estas flores las que coronaran los techos como elemento decorativo alusivo al amor eterno y el rostro que adorna los capiteles de algunas de las columnas es el de Cecilia.

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