Almería

Marina, la madrina de la playa de El Palmeral

  • Esta vecina de 77 años dedica sus mañanas a recoger la basura y residuos que arrojan los bañistas

Marina, la madrina de la playa de El Palmeral

Marina, la madrina de la playa de El Palmeral

Marina Jiménez se ha convertido por méritos propios en la madrina y protectora de la playa de El Palmeral. Recorre el litoral junto a la orilla cada mañana, en largas jornadas bajo el intenso sol de diez a una del mediodía, para recoger los residuos y basuras que los bañistas arrojan a diario. Y lo hace altruistamente, sin recibir nada a cambio y sin formar parte de ningún colectivo o asociación que promuevan esta actividad de forma puntual. A Marina se le puede encontrar caminando ataviada con un artilugio con pinza y su saco junto a la orilla o entre las sombrillas en verano, pero también en otras épocas del año con menor presencia de usuarios.

El agua suele devolver los despojos de la humanidad que recibe y esta vecina de El Zapillo se encarga de recogerlos y depositarlos en los contenedores. El significado de su nombre procede del latín, la mujer que ama el mar, con mucha energía y carácter, una metáfora del devenir de esta cordobesa de 77 años que después de media vida en Cataluña se instaló hace 14 años en la calle la Vega de la capital cuando se jubiló su marido. Todos los días, casi sin descanso, realiza un recorrido de entre tres y cuatro horas en el que retira de la arena colillas, papeles, botellas y bolsas de plástico, toallitas y hasta mascarillas en su afán por disfrutar de una playa limpia y bonita evitando que esos residuos acaben en el mar.

Marina junto a su marido al terminar su recorrido por la playa Marina junto a su marido al terminar su recorrido por la playa

Marina junto a su marido al terminar su recorrido por la playa / Javier Alonso

Comenzó hace algo más de dos años cansada de ver la basura que determinados bañistas dejaban a su paso. Marina reconoce que le sirve como entretenimiento, casi como terapia, porque hace unos años perdió a su hijo y se refugió en la costura. Desde que le prestara su indispensable máquina de coser a una amiga que inexplicablemente no se la ha devuelto, aún sabiendo lo mucho que significa para esta almeriense de adopción, sus paseos en los que limpia las playas de la capital son su principal tratamiento contra la depresión. “A mí no me da vergüenza recoger la porquería, a veces me dicen que no lo haga que para eso cobran los limpiadores, pero yo me siento bien, me viene bien el ejercicio”.

La mayoría de ciudadanos se muestran agradecidos y Marina saca fuerzas para completar sus largas jornadas a pesar de sus dolencias, con los tendones de un brazo dañados. De hecho lleva el saco a rastras para no hacer el esfuerzo de levantarlo, salvo cuando acaba la mañana y lo tiene que vaciar en el contenedor. Ataviada con su gorra y crema solar para protegerse del sol, se pone el bikini bajo el pantalón y la blusa para darse un baño cuando más aprieta el calor en los meses de verano. Podría realizar alguna labor remunerada porque, según reconoce, viven sólo de la paga de su marido, pero de momento no cambia por nada sus mañanas junto al mar. Marina es la madrina de la playa de El Palmeral.

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