El teatro no sólo se realiza para hacer reír, llorar o pasar un momento divertido, sino que en algunas ocasiones es importante tocar conciencias para llamar la atención sobre injusticias sociales. Jorge Muriel, actor y productor, explica la esencia de El Proyecto Laramie que se representa hoy, a las 22:00 horas, en el Auditorio Municipal.

-¿Cómo surge 'El Proyecto Laramie'?

-El Proyecto Laramie surge cuando un chico de 20 años, Matthew Shepard, es brutalmente asesinado por dos chicos de su misma edad, en 1998, por ser homosexual. Y cuando tras lo ocurrido, el grupo de teatro Tectonic Theater decide investigar por qué cosas como esas ocurren.

-¿De qué trata la obra?

-Cuenta lo que ocurrió en Laramie desde el asesinato de Matthew hasta el juicio final de los asesinos. Todo son testimonios reales, entrevistas que se entrecruzan en una dramaturgia poliédrica y que nos ayudan a seguir la historia y los acontecimientos que provocó el suceso.

-¿Qué quieren transmitir?

-Que casos como el de Matthew no deberían repetirse, aunque tristemente siguen sucediendo aquí y en otras partes del mundo. Que debemos entender y aceptar al diferente.

-¿Son conscientes de que toca la fibra sensible?

-Lo somos. Toca conciencias porque aún hay cosas por hacer. Podemos ser mejores como sociedad.

-¿Qué problemas creen que existen aún con la homosexualidad?

-Ha habido muchos avances legales y políticos a favor de los homosexuales, pero aún socialmente falta camino por hacer. Falta una verdadera aceptación interna, individual y social. En ciertos aspectos, sigue siendo una minoría discriminada. Se tolera, pero no se acepta del todo. Casos como el de Matt pasan a diario, nos hemos entrevistado con mucha gente que sigue recibiendo palizas por su condición sexual. Mientras esto siga ocurriendo el avance seguirá siendo insuficiente.

-¿Qué falta para la normalidad?

-Aceptación respecto al diferente. No juzgar al otro. Entender que la diversidad sexual no es solo algo normal, si no una opción más que nos enriquece a todos como seres humanos.

-Es una obra dura.

-Es dura, pero está llena de esperanza. La obra no se cuenta para culpar a la sociedad, si no para ver que el ser humano también está lleno de bondad y de deseos de cambio, de que juntos podemos evitar que cosas así sigan ocurriendo. No puedo desvelarlos, pero hay momentos que son un verdadero canto a la vida.

-¿Cuál sería el momento más duro de la representación?

-Cuando Matthew después de estar unos días en coma, termina muriendo en el hospital.

-Quieren llegar a los más jóvenes, ¿cómo creen que pueden conseguirlo?

-Consiguiendo que los profesores de secundaría y universitarios trajeran a sus alumnos, la obra es perfecta para ellos; la obra habla de la familia, la religión, la pena de muerte, la juventud, las diferencia sociales, las drogas... En otras ciudades han venido muchos grupos de estudiantes y la respuesta ha sido muy gratificante. Estamos dispuestos a tener encuentro con los alumnos después de la representación si hace falta. La juventud es donde radica el verdadero cambio social.