Almería

El Museo del Mar peligra si el consistorio no paga al promotor

  • La empresa adjudicataria de esta instalación asentada en el castillo de Jesús Nazareno exige el cobro de 350.000 euros o si no cerrará esta exposición

El Levante corre el riesgo de perder una de las obras culturales más representativas que se han llevado a cabo en los últimos años, si el Ayuntamiento de Garrucha no recepciona en breve el Museo del Mar, cuyo proyecto y ejecución se le adjudicó a una empresa local en sesión Plenaria por un importe aproximado de 350.000 euros que, transcurridos más de cinco meses desde la finalización del Museo, el Ayuntamiento garruchero aún no ha abonado. El Castillo de Jesús Nazareno de Garrucha, una construcción del siglo XVIII, alberga en su interior desde hace cinco meses una de las joyas culturales de la comarca del Levante almeriense, un museo destinado al conocimiento y el fomento del disfrute del mar que no desmerecería en cualquier otro lugar del mundo.

A modo de cofre, el Castillo guarda dentro seis perlas, seis salas, dedicadas al mar que tanto ha inspirado la creatividad de narradores, poetas, músicos; el mar, la mar, de donde provienen epopeyas y mitos; la mar, el mar, generador de culturas y modos de vida; el mar, la mar, nuestro mar, que merece ser comprendido, disfrutado y apreciado en sus múltiples vertientes.

A poco que se observe, salta a la vista que la geometría del caparazón de la tortuga boba insinúa una estructura simétrica, similar a la del Castillo de Jesús Nazareno de Garrucha. Su modulación natural, hecha con constructivos diseños orgánicos, también sugiere la textura empedrada de las paredes exteriores del inmueble. Módulos que dibujan diferentes formas ordenadas, sugiriendo una diversidad de actividades.

Tan sorprendente como cierto es que la tortuga boba representa un excelente símbolo para Nautarum. Un animal autóctono, navegante incansable y persistente en su especie. Tal es su perseverancia que asociamos la imagen de las tortugas en general, a la longevidad y al transcurso pausado del tiempo.

El Castillo como continente y su recinto amurallado, representan la protección de un contenido muy valioso y original: el concepto Nautarum. Paralelamente, la tortuga boba protege su vida en el interior del caparazón, una vida que ha de tener presencia dilatada en la historia. La naturaleza, una vez más, nos da la respuesta que buscamos.

Como nombre del museo, se ha elegido el término Nautarum de la mano del latín y el griego, ejes de la cultura mediterránea. Nautarum, una voz llena de mar. Un mar lleno de historia. Nautarum está representado en un sólo color, el azul, color mediterráneo. Un color que por su esencia original y por su contenido racional, lleno de matices museísticos y didácticos, todos ellos vinculados a la actividad de la nueva aula recién nacida en Garrucha. Nautarum se convierte así en reflexión de un referente del hecho marino, de su capacidad explicativa de la cultura mediterránea.

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