Cicloturismo

Las Tres Naciones: etapa reina para una grupeta almeriense

Los almerienses ante el mural del Tour de Francia, en la subida a Ordino-Arcalís, por donde ha pasado este año la ronda gala. Los  almerienses ante el mural del Tour de Francia, en la subida a Ordino-Arcalís, por donde ha pasado este año la ronda gala.

Los almerienses ante el mural del Tour de Francia, en la subida a Ordino-Arcalís, por donde ha pasado este año la ronda gala.

Escrito por

· Pablo Laynez

Redactor

En Almería está la ruta de las Cuatro Cimas que organiza Juan Martínez Oliver, el nombre ya de por sí causa respeto. En el norte tienen las Tres Naciones. Imponente, sólo con escribirlo y leerlo. Tres fronteras superadas a golpe de pedal, con la dureza que implican las empinadas cuestas de los Pirineos. España, Andorra y Francia, 140 kilómetros por las carreteras de los tres países, con la temible ascensión al Puerto de Envalira, el más elevado de la cadena montañosa que une a estas tres vecinas, con 2.408 metros (desnivel positivo acumulado: 1.946 metros). Ahí es nada.

Éste ha sido el último gran reto que cada verano se propone la grupeta cicloturista almeriense con Mario Martínez como jefe de filas, con Luis Barco, José María Torres y Francisco Vicente como gregarios de lujo, y con Jaime Aullón, Manolo M. Cordero, José Vizcaíno y Joaquín Vidal como acompañantes esporádicos. Caminos de Santiago, Camino del Cid, Transpirenaíca y un largo etcétera, que tiene su último punto en seis etapas por Andorra, el país de los Pinireos, con la Tres Naciones como la reina. La que a lo largo de la historia han aprovechado grandes del ciclismo como Eddy Merckx, Miguel Indurain, Lance Armstrong o Chris Froome para hacerse con el Tour de Francia, puesto que esas carreteras son habituales de la ronda gala. Como lo han sido de La Vuelta Ciclista a España o La Volta a Cataluña. Entorno vivo del ciclismo.

“Este proyecto es la continuación de otros diez viajes cicloturísticos anteriores, realizados de forma consecutiva por la Península Ibérica. Andorra, territorio ciclista tiene un enorme potencial cicloturista y una inmejorable infraestructura hoteleras. Muchos de sus hoteles son bikefriendly (amigos del ciclista)”, comenta Mario como si nada, como quien va en bicicleta al kiosco de la esquina a comprar su Diario de Almería: “Este año la novedad es que hemos dejado de ser mochileros y nómadas, y hemos tenido para todas nuestras etapas, un lugar único de salida: Les Escaldes, en Andorra”, apunta este profesor jubilado.

Un momento de la subida al Puerto de Envalira. Un momento de la subida al Puerto de Envalira.

Un momento de la subida al Puerto de Envalira.

Como buenos ciclistas, son meticulosos con sus horarios y sus rutinas. Saben que el esfuerzo en la bici sólo se supera con una buena alimentación, suficiente hidratación y un descanso generoso. El reloj sonaba a las 6:30 (costumbre de tantas rutas jacobeas en sus alforjas), a las 7:15 estaban metiendo gasolina al cuerpo y a las 8:30 las calas se enganchaban en los pedales. Tocaba tirar primero de cuádriceps y después de riñones para ascender la Collada de Beixalís, el Coll d’Ordino, el Port de Cabús, La Rabasa, el famoso Coll de la Gallina y, cómo no, el temible Port d’Envalira, el puerto asfaltado más alto de toda esta cadena montañosa. Por supuesto, también el más bello.

“Sí que es una subida dura, pero en este proyecto andorrano nos hemos encontrado otras igual de complicadas, que tenían menor kilometraje pero mayor desnivel acumulado. Hay que estar preparado físicamente para que no se haga muy larga”, aconseja Mario, que sufre más con la extensa selección de fotos que con los últimos repechos de cada etapa: “Indudablemente es la gran etapa pirenaica, con un largo Puerto de Envalira de 27 kilómetros. Los paisajes de alta montaña son preciosos, con magníficas panorámicas y paso por los bellos valles de los ríos Valira, Caroll y Segre. Todo con grandes masas boscosas y aguas cristalinas”. Envidia sana.

Si bien unir en bicicleta España, Andorra y Francia tienen su aquél, la grupeta almeriense también demostró fortaleza el resto de los días en otras subidas de las que todavía guardan alguna que otra agujeta. “Hemos subidos los llamados Muros Andorranos (Puerto de la Gallina y la Collada de Beixalís, que se han ascendido en el Tour de Francia de este año); el largo Puerto de Cabús hasta llegar a la frontera de España (la carretera asfaltada se convierte en pista forestal en la cima); el Puerto de Ordino-Arcalis, que tiene el honor de haber sido llegada del Tour en tres ocasiones  (1997-2009 y 2016) y otras más de La Vuelta a España; y cómo no, la subida a los Puerto de Peguera y La Rabassa, entre densos bosques de pinos y panoramas increíbles para estos cicloturistas de secano”, que forjan su fortaleza física recorriendo carreteras almerienses de invernaderos por Poniente, cuestas que se atragantan por la Comarca de Nacimiento o Los Filabres y combatiendo la brisa marina de frente cuando se sumergen en la costa levantina.

Y como es habitual en cualquier viaje, siempre uno se encuentra un almeriense donde menos se lo espera. A Mario, Luis, José María y Francisco se les unieron unos compatriotas en diferentes kilómetros de este reto andorrano. “Nuestro amigo ciclista Joaquín Vidal coincidió con nuestras fechas y nos acompañó en algunas etapas. También estuvimos con el encargado de una tienda de ciclismo, que estaba casado con una mujer de Abrucena, y en la etapa de las Tres Naciones estuvimos charlando un rato con una cicloturista de alforjas del Zapillo”, recuerda con cariño Mario, que insiste una y otra vez en destacar y agradecer su esfuerzo a sus compañeros de fatigas en este tour por Andorra, así como ha hecho en ediciones pasadas de otras rutas cicloturistas por la Península Ibérica.

Los cuatros cicloturistas almerienses, ante el Puente de París en Andorra. Los cuatros cicloturistas almerienses, ante el Puente de París en Andorra.

Los cuatros cicloturistas almerienses, ante el Puente de París en Andorra.

Con el Tour de Francia ya terminado y La Vuelta Ciclista a España preparada para el las ascensiones, el cicloturista almeriense explica que sus bicicletas han pasado por sitios cargados de simbolismo para ambas carreras. “Las dos rondas planifican salidas y llegadas en territorio andorrano, como hemos podido ver este año en el Tour. Asimismo, muchos profesionales están afincado en Andorra y entrenan por estos lares. Esto atrae a muchos aficionados al ciclismo, que recorremos sus muy bien señalizados puertos de montaña de gran belleza paisajística y algunos de gran dureza”, dice Mario, que no ha tenido mayor problema en coger su bicicleta, atravesar el Cañarete y venir de Roquetas a la capital, expresamente con su pendrive cargado de fotos para que este reportaje saliera en tiempo y forma.

¿Rastro del coronavirus por los saludables aires de sierra andorranos? Por fortuna, ni rastro. “Sin problemas, nosotros hemos cumplido con nuestra obligación: higiene de manos, distancia de seguridad y mascarillas en interiores. El paso por las fronteras de España, Francia y Andorra también lo hicimos sin mayores complicaciones”, finaliza cargado de orgullo este veterano deportista almeriense,   que ya ha terminado las memorias de esta ruta y se encuentra en pleno proceso de organización para realizar en octubre el Camino de Santiago por la Ruta del Argar, por la costa almeriense, desde la capital hasta Huércal Overa. Hasta entonces, a seguir dándole fuerte al plato y el piñón, pese a que los calores de su tierra no son los 8º con los que se despertaba en Andorra.

Recorrido de la ruta de 'Las tres Naciones'. Recorrido de la ruta de 'Las tres Naciones'.

Recorrido de la ruta de 'Las tres Naciones'.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios