La declaración del COVID-19 como pandemia global por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sumada al decreto de ‘Estado de Alarma’ y al necesario confinamiento en sus casas de todos los españoles por un período de 15 días, aunque previsiblemente prorrogable, ha desembocado en un cúmulo de sensaciones que, en ocasiones, pueden resultar difíciles de controlar, provocando estrés y llegando así a afectar la salud mental.

Este tipo de situaciones provocan una gran incertidumbre y en algunos casos indefensión, llegando al punto del desborde emocional y tener consecuencias psicológicas a corto, medio y largo plazo.

Con la finalidad de reducir en la medida de lo posibles las consecuencias del aislamiento en el plano personal y promover un afrontamiento más adecuado que minimice el impacto a nivel mental que puede provocar esta situación excepcional, los distintos Colegios de Psicólogos han elaborado unas pautas para ayudar a sobrellevar la situación durante el tiempo que dure la cuarentena.

Entre ellas cabe destacar la realización de un análisis objetivo y realista de la situación, manteniendo una actitud positiva y en la medida de lo posible optimista. Ese análisis facilita controlar nuestros pensamientos, sentimientos y comportamiento.

David Lozano es licenciado en Psicología por la Universidad de Almería

En segundo lugar hacen hincapié en cumplir las medidas de prevención e higiene que vayan ordenando las autoridades competentes. Debemos ser ejemplo de responsabilidad personal y tener sentido de solidaridad con la sociedad para contribuir a la prevención de la transmisión.

Para ello se hace fundamental observar el estado de salud propio y de los familiares, ya que en relación a la salud emocional es importante la psicoeducación para normalizar las reacciones que puede presentar uno mismo y las personas que le rodean, como nerviosismo, agitación, tensión...

Otra medida en la que ponen especial énfasis los psicólogos es la de informarse verazmente y comunicar eficazmente de manera objetiva y realista recurriendo a fuentes oficiales e información contrastada por expertos, no haciendo caso a los bulos que circulan por las redes.

A esas pautas se añadirían otras como aplicar una estrategia de gestión del tiempo y actividades durante el aislamiento debido a la cuarentena, incorporar a nuestro repertorio conductual nuevas habilidades como técnicas de relajación o mantener el contacto con la red de apoyos.