Almería

Palomares recela de Trump

  • No hay novedades del recuerdo alcanzado con el gobierno de Obama para la retirada de la tierra contaminada

  • Piden una reunión de urgencia con el nuevo ministro de exteriores

Hace un año, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, visitaba España. Entre sus objetivos estaba el de prometer la retirada de la tierra contaminada de Palomares. Se llegó a un acuerdo, incluso se precisaron los métodos de retirada y las cantidades económicas, pero no se habló de fechas ni se llegó a un acuerdo vinculante. Por lo que todo quedó en el aire. Desde el municipio de Cuevas del Almanzora se deseó el triunfo de los demócratas debido a su interés en el proyecto. Sin embargo, los estadounidenses decidieron la victoria del republicano Donald Trump. Así que con su gobierno comienzan las dudas y desde el municipio se espera y desea que lo pactado siga su curso, aunque se mira con recelo.

Es por ello que el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora ha pedido por escrito una entrevista con el ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso María Dastis, con el fin de abordar la descontaminación del núcleo cuevano. La alcaldesa pedánea de Palomares, María Isabel Alarcón Flores, explica que la misiva pretende "abordar cuanto antes este asunto" que, tras el resultado de las elecciones en EEUU con la victoria de Trump, no provoca demasiadas esperanzas en el consistorio de Cuevas. "Sabíamos que Hillary Clinton sí era partidaria de este tratado, pero no sabemos cómo actuará Trump", subrayaba.

En su momento, Estados Unidos no quiso suscribir el acuerdo con España por tener, por entonces, un gobierno en funciones.

La alianza entre España y Estados Unidos consiste en llevarse la tierra que cuatro bombas termonucleares regaron de radiactividad cuando cayeron en Palomares en enero de 1966. Un B-52 y un avión nodriza chocaron en el aire realizando una maniobra militar. Los norteamericanos obtuvieron el beneplácito del gobierno franquista para que el cielo del Mediterráneo español fuera una autopista aérea en la que realizar sus ejercicios bélicos. El resultado fue este: contaminación.

El pasado 8 de marzo se cumplieron 50 años del famoso baño del entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, fotografiado por Europa Press, junto con el embajador de Estados Unidos Angier Biddle Duke en la playa de la localidad almeriense. Tras la caída de las bombas, la noticia de la contaminación radiactiva en España se extendió por todo el mundo en plena época de Guerra Fría. Esta información en la época del desarrollo del turismo en España, con Fraga de ministro, llevó al político gallego a minimizar el impacto negativo del suceso a darse un baño en la playa de Quitapellejos, frente a varios fotógrafos que captaron el momento.

En junio este mismos año, el New York times sacaba a la luz una de las noticias de mayor repercusión con respecto a Palomares de las últimas fechas. Los soldados que participaron en los trabajos después de la caída de las bombas reclaman indemnizaciones y muestran, con pruebas, que están afectados por el cáncer.

Cincuenta años después, este reportaje destapa el supuesto engaño del gobierno norteamericano a sus militares y sus repercusiones. New York Times sentencia que hay decenas de soldados afectados por cáncer. Todos ellos estuvieron presentes en Palomares realizando trabajos de limpieza días después de producirse el choque aéreo que liberó cuatro bombas sobre suelo y mar almeriense.

El diario norteamericano explicaba que la radiación cerca de las bombas era tan alta que se envió equipos de vigilancia de los militares, eso sí, desde la lejanía. Las tropas pasaron meses trabajando entre polvo tóxico con apenas una vestimenta de algodón.

El documento explica que durante las décadas después de lo sucedido, las fuerzas aéreas norteamericanas han mantenido los test de radiación alejados de los expedientes médicos. Pero la realidad, según el New York Times, es que muchos soldados están sufriendo los efectos paralizantes de la intoxicación por plutonio. De los 41 hombres que el New York Times identificó durante su trabajo de investigación, 21 tenían cáncer. Nueve ya habían muerto a causa de ella.

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