Almería

El Patio, una Navidad entre puntales

  • El 27 de enero de 2017 un derrumbe obligó al desalojo de los vecinos y un informé técnico obligo a apuntalar los bloques por el estado de la estructura. Sigue igual

  • El Ayuntamiento confía en disponer de 1,5 millones en ayudas de la Junta para iniciar las obras en 2022

Un grupo de vecinos del barrio muestran a Diario de Almería la situación en la que se encuentra El Patio cuatro años después de su apuntalamiento.

Un grupo de vecinos del barrio muestran a Diario de Almería la situación en la que se encuentra El Patio cuatro años después de su apuntalamiento. / Rafael González (Almería)

El 27 de enero de 2017, el bloque de edificios de El Patio se derrumbó. Lo hizo literal y figuradamente. Pero lo hizo. La vivienda de Santiago se vino al suelo. Y esto trajo consigo un caos sin procedentes en una comunidad que había sido la envidia del barrio de Pescadería-La Chanca hasta algunos lustros antes. Los técnicos que lo revisaron instaron inmediatamente a su apuntalamiento total por la inestabilidad de su estructura.

Y así sigue. Los vecinos no pueden hacer frente al total económico de la reforma. Además, en torno a un 50% de las viviendas son habitadas por propietarios con contrato y muchas de las restantes han sido ocupadas durante los últimos años. Pero es que tampoco hay quien los guíe.

Una vecina tiende la ropa en la barandilla rodeada de puntales. Una vecina tiende la ropa en la barandilla rodeada de puntales.

Una vecina tiende la ropa en la barandilla rodeada de puntales. / Rafael González (Almería)

Y es que, El Patio, en la actualidad con una falta de higiene manifiesta, presa de ratas en muchas de las viviendas -tal y como afirman los vecinos-, sin buzones para recibir el correo (los han roto y para recibir sus cartas deben desplazarse a San Juan Bosco), con cortes de luz en las casas e incluso sin iluminación exterior durante determinadas épocas del año, había sido un espacio en el que le hubiera gustado vivir a cualquiera.

Dista mucho el panorama actual de El Patio del momento en que se construyó hace ya más de 60 años. Estas viviendas iban a ser concedidas vecinos de la zona con problemas económicos pero al final terminó cayendo en familias de mayor poder adquisitivo. Muchos de ellos eran policías o guardias civiles. Eso ha cambiado con el paso del tiempo.

Gabriel Ferre lleva 43 años residiendo en El Patio. No ha querido marcharse a pesar de todo. Ni lo hará. “Me tienen que llevar con la caja por delante y eso que mis hijos me han dicho más de una vez de marcharme, pero esta es mi casa”.

Gabriel y Eduardo, los vecinos más antiguos de El Patio, junto a un suelo hundido. Gabriel y Eduardo, los vecinos más antiguos de El Patio, junto a un suelo hundido.

Gabriel y Eduardo, los vecinos más antiguos de El Patio, junto a un suelo hundido. / Rafael González (Almería)

Él vivió en primera persona lo que sucedió aquel 27 de enero de 2017.”Se cayó la vivienda y nos echaron a la calle. A la semana nos dijeron que podíamos volver y regresamos con este panorama. Hemos enviado muchas quejas al Ayuntamiento pero no nos han contestado. Tenemos problema de limpieza y el más grave, que es el de los puntales. Pero nada, no tenemos noticia alguna”, explica Gabriel.

Gabriel se refiere a que el Ayuntamiento de Almería se acogerá al programa de subvenciones de la Junta de Andalucía para el fomento de la regeneración y renovación urbana y rural. Optará, en concurrencia con otros municipios, a la subvención necesaria que permita abordar varios proyectos en cartera que requieren una solución urbanística y social, definidos dentro de un ámbito de actuación concreto, que en el caso de la ciudad de Almería, y de acuerdo con el trabajo previo que se ha realizado desde la Gerencia Municipal de Urbanismo, se limita al barrio de Pescadería-La Chanca, en el espacio delimitado por la Avenida del Mar, al este; la calle Remo, al oeste; calle Juan Goytisolo, al sur; y los restos de la antigua muralla, al norte.

Con un coste estimado de 1.540.000 euros, la actuación sobre el edificio pretende devolver las zonas comunes del edificio, incluidas fachadas y cubiertas, que son las que presentan peor estado, “a las condiciones de seguridad, salubridad, funcionalidad y ornato mínimas”, lo que a juicio de la concejala de Urbanismo “debe revertir también en una mejora en las condiciones sociales del inmueble”.

Según fuentes municipales, el Ayuntamiento trabaja en la delimitación de la zona de actuación, posteriormente se llevaría a Junta de Gobierno y tienen hasta el 27 de febrero para presentar el proyecto. La Junta tardaría unos seis meses en aprobarlo, así que la licitación y las obras no llegarían hasta 2022 aproximadamente.

Pero mientras todo eso pasa, la degradación sigue su curso. “Esto es un peligro. Gracias a Dios, ningún niño se ha subido en un puntal y ha caído al suelo. Es muy fácil que pase y entonces vendrían las madres mías. Y a ver a quién se le piden responsabilidades. Las maderas que soportan los puntales se están pudriendo por la lluvia. Es posible que algún día un puntal se afloje y pueda pasar algo”. Gabriel, de momento, no se cree nada: “Nos lo creeremos cuando veamos máquinas, algún movimiento”.

El techo de las zonas comunes habla por sí mismo. El techo de las zonas comunes habla por sí mismo.

El techo de las zonas comunes habla por sí mismo. / Rafael González (Almería)

“A mí me gustaría que la ayuda, en forma de rehabilitación, nos la echaran para Reyes”, explica Eduardo Cañadas, que lleva viviendo en El Patio 30 años. Explica que de niño jugaba en el interior y “era lo más bonito que había en Pescadería” pero que ahora le da “vergüenza”. decir que vive ahí. “Se me rompe el alma”, sentencia.

Sin embargo, Eduardo también apunta a la falta de voluntad de muchos de sus vecinos para que El Patio, a pesar de la falta de ayuda de las administraciones, mejore por su cuenta. “Hay gente de todo tipo. Vivo en un portal que está bastante limpio porque se limpia todos los días, pero el resto... no hay comunidad. Yo he dicho muchas veces de poner un basurero, aunque tengamos que poner un euro cada vecino. Pero tiran las bolsas por la ventana. No hay humanidad. Esto se vería de otro color si todos pusiéramos de nuestra parte. Pero no se puede pedir de donde no hay”.

Y es que, El Patio, los que limpian las zonas comunes son los vecinos más implicados: “Hay una vecina que coge su escoba y que se recogió el domingo pasado tres contenedores de basura. Al día siguiente había otra vez. Pero vamos, es que los basureros tampoco pasan por aquí, la última vez fue hace dos meses”, manifiesta Eduardo.

Pero hay más. Si un vecino de El Patio quiere leer su correo, no puede: “El que quiera leer una carta tiene que ir a la oficina de Correos de San Juan Bosco. Allí hay una caja a nombre de los vecinos del Patio. Vas y si tienes carta te la dan y si no te das la vuelta”. Y es que la zona donde se encuentran depositados los buzones en el bloque de edificios está literalmente reventada tras un acto incívico.

Así están los pasillos de las zonas comunes. Así están los pasillos de las zonas comunes.

Así están los pasillos de las zonas comunes. / Rafael González (Almería)

Damiana Santiago es esa mujer que limpia la zona común de El Patio: “Están las casas llenas de ratas, esto nunca ha estado así. Ahora estoy mala, pero he barrido todo El Patio porque los vecinos tiran la basura al suelo. Se le dicen, pero no hacen caso. Ojalá nos arreglen pronto lo de los puntales porque los bloques han dado un bajón enorme”.

Encarni González es representante de la Asociación Pescadería-La Chanca a Mucha Honra y suma años defendiendo los derechos de los vecinos del barrio y de la comunidad de El Patio:“Hay un abandono por parte de las administraciones, la local y la autonómica. Es como el que tiene una casa y solo limpia la cocina. Un alcalde se tiene que hacer cargo de toda la casa. Esto es un espectáculo bochornoso. Estos puntales no pueden seguir aquí porque son un estorbo y un peligro para todos vecinos, para los niños, para los ancianos... llevamos cuatro años así, han venido hasta televisiones europeas y se han ido escandalizados. Tiene que haber un dialogo constante entre vecinos y administraciones porque lo que no queremos es que ocurra otra desgracia. Ya está bien de mirar para otro lado por parte de las administraciones”, argumenta.

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