¿Quiere usted que le arreglen su casa? Esta pregunta a la que le acompañaría un lógico “claro” queda encorsetada en una compleja incógnita a la que el Ayuntamiento de Almería empieza ahora a enfrentarse con el edificio El Patio, beneficiario de una cuantiosa subvención de la Junta que permitirá la rehabilitación del más de centenar de viviendas que conforman este inmueble de Pescadería, que tuvo que ser apuntalado con urgencia en 2017 por desprendimientos.

La inversión prevista, 1.540.000 euros – el 68,1% lo aporta la Consejería de Fomento y el Ministerio de Transporte, y el 31,9% restante el Ayuntamiento de la capital–, no podrá llevarse a la práctica sin que antes los vecinos de El Patio constituyan la comunidad, un “paso imprescindible”, en palabras de la concejal de Urbanismo e Infraestructuras, Ana Martínez Labella, ya que deben autorizar al Ayuntamiento de Almería a que actúe como intermediario y canalizar así proyectos, obras e inversiones.

Al margen del papeleo que conlleva la constitución de una comunidad, la situación de El Patio es atípica. Muchos de las familias que residen entre los puntales son okupas, otros inquilinos o aparentemente propietarios con acuerdos de compraventa que podrían no ajustarse a la legalidad. El Ayuntamiento afronta, por tanto, una laboriosa fase de identificación de los propietarios que son los que deben organizarse para crear esa comunidad de vecinos y prestar al Consistorio la aludida autorización. “No es fácil, va a ser un trabajo muy complicado. Necesitaremos ayuda externa, asesoramiento jurídico para los vecinos, y contaremos con el respaldo de Asuntos Sociales y el Centro Chafarinas”. Se hará un trabajo conjunto entre el área de Urbanismo y Familia, añade la edil.

Las primeras conversaciones con los vecinos ya han sido mantenidas. “Vamos a ir como una lluvia fina para llegar a todos los propietarios”. No es necesario contar con el 100% de los votos – la mitad es suficiente–, sin bien el propósito de Urbanismo es “disponer de ese cien por cien”, razón por la que la concejal avanza que “habrá tantas reuniones como se necesiten” al objeto de despejar dudas entre los vecinos. Entre ellas, posibles reticencias a los desalojos que deberán efectuarse por las obras, las cuales han sido faseadas precisamente para que sean por cortos periodos de tiempo, entre uno y tres meses. Se contemplan, además, realojos.