Almería

Patrulla nocturna 'antibotellón'

  • La Policía Local de Mojácar realizó su turno de noche junto a 'Diario de Almería' durante ocho horas para observar acciones como robos en apartamentos, problemas de tráfico y socorrer accidentados

Entre las 22:00 y 22:30 horas se produce el relevo de turno. Tras el intercambio de saludos y el capítulo de incidencias, los agentes de la Policía Local de Mojácar efectúan la misma operación en sentido inverso: dirigirse a la dependencia en la que se halla el armero y los elementos de comunicación. Unos para dejar su arma corta reglamentaria, mientras que los que inician servicio la recogen de su correspondiente armario blindado de seguridad. Es la noche del sábado, día 6 de agosto. El Jefe de la Policía Local y un agente se dirigen a El Sopalmo, son las fiestas de la pedanía mojaquera y hay que establecer las medidas de seguridad oportunas. El Oficial al mando se reúne con los demás efectivos al objeto de organizar las patrullas, planificar estrategias y establecer objetivos, entre ellos y prioritariamente, la desactivación de los botellones y el control de ruidos, más lo que venga que no será poco.

Las primeras medidas consisten en fijar la seguridad en el núcleo urbano de Mojácar pueblo, a la par que consignar el enlace entre la base y las distintas patrullas, fundamental para el desarrollo del operativo. Un operativo que comienza a las 23:30 horas del sábado, momento en que las patrullas se encaminan a 'los puntos calientes del botellón' en la playa. La comunicación entre las patrullas de la Policía Local de Mojácar es permanente, el Oficial al mando está en todo momento al tanto de cuánto sucede. La toma de decisiones es rápida, la reacción a una orden también lo es. El teléfono suena cada minuto: "Policía Local, dígame". En la primera hora de patrulla se produce una llamada cada minuto. "Dígame su nombre, dónde está, cálmese y cuénteme que ocurre". La psicología del Oficial y de los Agentes es una de las mejores herramientas de trabajo para manejar actitudes y situaciones; un trabajo, por otra parte, desarrollado en condiciones de mucha tensión, provoca elevados niveles de estrés.

El aviso de un altercado acelera la velocidad del vehículo a la par que los destellos prioritarios de luces para abrirse paso entre la enorme cantidad de tráfico que ya, a esas horas, transita la única calle/carretera de la playa de Mojácar. Solventado el asunto, las patrullas enfilan hacia un gran aparcamiento ubicado en el lateral de un mastodóntico complejo de fiesta. El Oficial, por medio de la emisora, recuerda la estrategia y la autoprotección. De camino, parada obligatoria para levantar un botellón con mesa y sillas de playa. Los ocupantes de algunos vehículos silban e insultan la actuación policial. Multitud de portones de vehículos se cierran bruscamente ante la presencia de la Policía, algunos no han sido lo suficientemente rápidos y son expedientados además de ver confiscadas sus botellas de alcohol. Cada patrulla está situada estratégicamente de tal modo que en caso necesario el auxilio es inmediato.

En al menos cuarenta botellones sancionados en la noche del sábado, ninguno de los 'botelleros o botelleras' es consciente de estar cometiendo ninguna conducta irregular, las respuestas y los argumentos para salir bien librados son de lo más variopinto: "desde no somos de aquí a no estábamos bebiendo alcohol", mientras sostienen en la mano el cubata. El lugar de procedencia de los jóvenes es heterogéneo: Vera, Turre, Caravaca de la Cruz, Murcia, Granada, Mula, Mojácar. Algunos, con la intención de eludir la sanción se identifican como 'compañeros'. Es inaudito que un 'civil', según muestran sus placas, o de la 'nacional', participen en botellones y, además, hagan uso de su condición profesional en lugar de colaborar con sus compañeros, con la Policía Local de Mojácar cuyos ánimos se descomponen con casos así.

El teléfono de la Policía no para: sustracción de ciclomotores; ciudadanos hartos que denuncian escándalos en urbanizaciones, en calles cercanas; restaurantes que notifican la huida de clientes sin pagar; un robo de varios miles de euros en un apartamento; accidente de tráfico; falta de luz en una zona de playa; un herido grave al caer de una tapia; levantamiento de actas a dos macro discotecas por sobrepasar los decibelios permitidos; escape de agua a la carretera procedente del desbordamiento de una piscina privada; registro de sospechosos; control de cierre de locales a su hora y botellones y botellones. El Oficial al mando evalúa prioridades, estado y ubicación de las otras patrullas, intercambia instrucciones, comunica actuaciones, desplazamientos, con todas y cada una de ellas. Éstas, a su vez, informan de su ubicación, tiempo estimado en finalizar una intervención. Ya con las claras del día se efectúan controles de alcoholemia por síntomas de conducción errática, se trata de una prueba de aproximación que en el caso de dar positivo es seguida de otra prueba de precisión en Jefatura. El vehículo cuyo conductor se presume ebrio se halla inmovilizado.

La noche ha sido intensa. La claridad hace más evidente la porquería que los 'botelleros' han dejado en la playa tras el botellón vespertino al lado de un chiringuito.

Este periódico da fe de que la Policía Local de Mojácar ha efectuado un trabajo impecable con el sello de profesionalidad y preparación. Los ciudadanos de Mojácar no pueden quejarse de su Policía, dan más de lo que es su simple deber. Se vuelcan con su profesión y, nada más lejos del botafumeiro, es una realidad contrastada.

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