El Ayuntamiento de Almería ha acallado el reloj de la Plaza Vieja que, desde hace días, dejó de entonar el tradicional Fandaguillo, para descanso de algunas de las voces críticas que han protestado a través de las redes sociales por lo que consideran un martilleo para los oídos. Pero este silencio es únicamente temporal, ya que el carrillón volverá a abrazar la, celebrada por otros, tradición en cuanto haya suministro eléctrico en el antiguo edificio de la Casa Consistorial rehabilitado.

Desde hace menos de dos semanas, el reloj permanece en silencio. Ya no suena, desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche, la melodía del compositor almeriense Gaspar Vivas, que las obras, en su última fase, han dejado volar al disponer las mismas de su propio suministro eléctrico. "Terminados los trabajos, esta parte del edificio carece de suministro. Lo tendrá una vez que sean recepcionados", explican desde el Ayuntamiento, que cerró este lunes el plazo para la presentación de alegaciones a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana para permitir la supresión del arbolado perimetral de la Plaza Vieja. En tototal, se han presentado 14 alegaciones por parte de grupos políticos y asociaciones vecinales, entre otros colectivos.