A mediados de marzo entraban las máquinas contratadas por el Ayuntamiento de Almería a la calle Los Picos para acometer su reforma y completar el cambio de imagen abordado en la zona de Artés de Arcos. La actuación, que fue pospuesta con acuerdo de vecinos y comerciantes para sortear la campaña navideña, está levantado una polvareda de quejas entre los residentes que, a unos tres meses de trabajos, se encuentran hastiados por las siempre molestas obras. Y no solo por el ruido.
El polvo que levantan obliga a los vecinos a mantener puertas y ventanas cerradas en una época del año en la que la temperatura de los termómetros suben. Los comercios también están afectados, obligados, según las protestas recibidas, a mantener las puertas de sus tiendas cerradas en su totalidad. Piden el empleo de medios, como un posible riego, para aminorar las nubes de polvo.
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