24-M · Albox

Primer examen a un alcalde de Interviú

  • Rogelio Mena afronta sus primeras elecciones como candidato marcado por la polémica de su imputación y otros escándalos por los que dejó la ejecutiva del PSOE.

 ENCLAVADO en el Valle del Almanzora, a unos 120  kilómetros de la capital, el municipio de Albox y sus núcleos diseminados han tenido una gestión política animada en las últimas décadas. Todo tipo de polémicas y pleitos han marcado la vida municipal y son pocos los alcaldes que no han tenido que rendir cuentas ante la justicia. De hecho, es uno de los pueblos más afectados por las casas ilegales que todavía siguen buscando una solución definitiva angustiando desde hace años la vida de miles de familias, tanto de albojenses como de británicos llegados a una comarca que encarna la belleza del interior. Su actual alcalde y primera vez candidato del PSOE, Rogelio Mena, heredó el sillón a media legislatura tras la dimisión del anterior, José García Navarro, quien se marchó alegando que ya  había perdido la ilusión después de seis años al frente de la gestión municipal. No era para menos, el Ayuntamiento tenía una deuda superior a los doce millones de euros y los impagos de nóminas a los funcionarios y también a los proveedores, incluido un aviso de corte del suministro eléctrico, lo pusieron contra las cuerdas en una coyuntura tan delicada que no era ya capaz de retomar. Entonces llegó su sucesor desde el mundo de los sindicatos, el que era responsable de la Federación de Fabricantes de Automóviles y Camiones, Componentes, Motocicletas e ITV. El PSOE vio en Rogelio Mena la figura paradigmática para un pueblo en apuros, una persona con la preparación y la capacitación que requería la difícil situación y aún conservaba la vocación de servicio público que había perdido su anterior alcalde. Los meses iniciales fueron casi ejemplares aportando ideas y buscando nuevas soluciones a los viejos problemas. Desatascó el conflicto del agua, saliendo de Galasa con una concesión por la que llegó suministro de calidad a los grifos de los albojenses, y se enderazaron las cuentas. Logró desbloquear el Centro de Agua y Salud, con la apertura el último verano de la piscina descubierta municipal, y consolidó su imagen en un pueblo de desmanes. Pero todo se torció cuando se conocía la imputación de la Fiscalía por su falta de transparencia. Un PP en horas bajas, por eso de que la mejor defensa es un buen ataque, lo llevaba ante los tribunales por no facilitarle la información. 

A partir de ahí, se abría la caja de pandora y se sucedieron todo tipo de reproches y acusaciones que convertían a Rogelio Mena en el alcalde más mediático de la provincia. El abono de alrededor de 34.000 euros a su compañera sentimental por el desempeño de servicios jurídicos al consistorio albojense en calidad de abogada entre julio de 2013 y diciembre de 2014 era cacareado por el PP y llegó incluso a las páginas de la Interviú como el alcalde viajero del PSOE andaluz. Realizó más de 174 desplazamientos en 20 meses gastando 47.000 euros en combustibles y otras dietas de unas maltrechas arcas públicas. Ha sido el caballo de batalla de los populares desde entonces, lo que han puesto sobre la mesa dentro y fuera del municipio, por encima de sus propuestas. Y si ya de por sí tenía pocos frentes, uno más sumó la oposición al llevar a la Fiscalía Provincial el proyecto de encauzamiento de la Rambla.  Mena tuvo que dejar su cargo en la ejecutiva del PSOE andaluz.   

 

La familia del PP albojense ha sabido solapar sus grietas con las acusaciones y cuando avanzaban proyectos y cuestiones de interés para el municipio, sobre todo por la acción de la Junta en la Redia del Almanzora y el intento de normalización de las viviendas ilegales, acusaron al gobierno municipal socialista de darle un uso electoralista. Mientras para el pueblo la prioridad en Albox eran la inseguridad que generan los Pertolos o la insalubridad de su agua, socialistas y populares se enfrentaban en pleno por los viajes y dietas. Los del PP incluso dividendo sus votos, como pasó con los tres concejales a favor y los cinco que se abstuvieron en el plan de pago a proveedores o la creación de una potabilizadora. Y es que tres acabaron dejando la siglas del candidato Juan Pedro Pérez, quien en su día también fue señalado como hoy Mena, por realizar enganches ilegales de agua a uno de sus negocios. 

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