La contaminación lumínica es un concepto del que se viene hablando desde hace ya unos cuantos años. Supone que por la noche, cuando el alumbrado público de los núcleos urbanos está encendido, el cielo nocturno apenas se aprecia. Y esto ha supuesto la preocupación de las diferentes administraciones públicas que gestionan las políticas medioambientales.

Con el objetivo de hacer compatible la conservación del medio ambiente con el desarrollo de los núcleos urbanos, desde la Junta de Andalucía, en colaboración con los ayuntamientos; se está llevando a cabo la zonificación lumínica de los municipios de la región. Es decir, que se está clasificando su territorio en diferentes zonas en función del grado de protección que ha de tener su cielo nocturno. Así, los ayuntamientos sabrán cómo han de adaptar el alumbrado público en función de si la zona es de máxima o mínima protección.

Níjar es uno de los pocos municipios que ya dispone de su zonificación lumínica y en su caso, como era de esperar, el territorio del Parque Natural Cabo de Gata Níjar es de máxima protección. No obstante, se tiene en cuenta la presencia de los núcleos urbanos existentes dentro de él.

En 2010 el gobierno regional aprobó el reglamento para la protección de la calidad del cielo nocturno y el establecimiento de medidas de ahorro y eficiencia energética. Como principal instrumento de control, establece las bases para la división del territorio andaluz en distintas áreas de protección, al objeto de adecuar los niveles de alumbrado a los usos y actividades de cada zona. Se propicia así la inclusión de criterios ambientales en las instalaciones de alumbrado exterior, tanto públicas como privadas y con la salvedad de las vinculadas a señalización y seguridad.

Esta zonificación se supedita al objetivo de compatibilizar los intereses municipales y empresariales con los científicos, ecológicos y de ahorro energético. Así, se determinan las zonas de máxima protección del cielo nocturno (E1), las áreas de flujo luminoso reducido (E2) y las zonas de flujo luminoso elevado (E3).

De esta forma, la Consejería de Medio Ambiente declaró las zonas oscuras o zonas E1, correspondientes a la superficie de los espacios naturales protegidos exceptuando la superficie de los núcleos urbanos y urbanizables insertos en estos. En la provincia de Almería las zonas E1 suponen un área total de 274.442 hectáreas. Y entre ellas están los siguientes espacios naturales incluidos dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar: el Geoparque, las Salinas de Cabo de Gata, la Zona de Especial Protección de Aves, y la Zona de Especial Protección por el Interés para el Mediterráneo.

Por otro lado, y previa petición de los correspondientes ayuntamientos, la Consejería de Medio Ambiente ha realizado las zonificaciones lumínicas de los términos municipales de Cuevas de Almanzora, Níjar, Pulpí y Gérgal.

En su conjunto, los cuatro municipios tienen una superficie de 54.781 hectáreas clasificadas como E1 (máxima protección); suman una superficie de 62.155 hectáreas zonificadas como E2; y tienen una superficie de 1.826 hectáreas declaradas como E3 (mínima protección). Estas cifras suponen que el 46% del territorio de esos cuatro municipios se ha clasificado como zona E1, el 54% se ha catalogado como zona E2 y sólo un uno por ciento como zona E3.

Esos cuatro ayuntamientos cuentan ya con la propuesta redactada por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio sobre la zonificación lumínica de sus municipios. En el caso de Cuevas del Almanzora y Níjar se encuentran entre las solicitudes de apoyo técnico hechas por los ayuntamientos a la Consejería de Medio Ambiente .

En los casos de Pulpí y Gérgal, se encuentran entre las propuestas como resultado de la experiencia piloto de adecuación del alumbrado público en diez municipios andaluces, es decir, que forman parte de la experiencia piloto de adecuación del alumbrado público, puesta en marcha por la Junta para proteger la calidad del cielo nocturno frente a la contaminación lumínica y establecer medidas de ahorro y eficiencia energética.

Finalmente, la propuesta de Bédar y Laroya ha sido hecha por la Diputación Provincial.