Almería
  • Más de dos millones de euros para modernizar la interfonía, la detección de incendios, el sistema de seguridad perimetral y la videovigilancia cuando celebra el 35 aniversario

Seguridad 2.0, El Acebuche se adapta a los retos del siglo XXI

Seguridad 2.0 para El Acebuche, la cárcel se adapta a los retos del siglo XXI Seguridad 2.0 para El Acebuche, la cárcel se adapta a los retos del siglo XXI

Seguridad 2.0 para El Acebuche, la cárcel se adapta a los retos del siglo XXI / Rafael González

Escrito por

· Iván Gómez

Redactor Jefe

En su proceso de transformación permanente, El Acebuche está dando estos días un paso definitivo para garantizar la protección de los internos y funcionarios. La Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (SIEPSE) adjudicó a mediados del pasado año la reforma de las instalaciones de detección de incendios, interfonía y seguridad perimetral de a prisión provincial de El Acebuche a la unión temporal de empresas CYMI Seguridad y Carbonell Figueras por valor de 2.131.888,98 euros. Es, sin duda, una de las actuaciones más importantes de los últimos años con la que se completa la modernización de la cárcel almeriense con los sistemas tecnológicos más avanzados.

Por las restricciones derivadas de la pandemia, los trabajos no han podido dar comienzo hasta principios de marzo coincidiendo con el 35 cumpleaños de una cárcel que por fin entra en el siglo XXI con un sistema seguridad 2.0 en sus instalaciones y comunicaciones y las mayores cuotas de confort y habitabilidad para sus más de 800 internos. El centro penitenciario enclavado en el kilómetro 2,5 de la carretera Cuevas-Úbeda estará en obras durante los próximos 16 meses y ya se ha fijado un calendario para las distintas fases de la intervención que permita asumir las obras sin necesidad de desplazar los presos a otras instalaciones.

La prisión provincial se encuentra al 80% de su capacidad total, que tras la última ampliación culminada a mediados de 2017 se sitúa en torno a las 1.500 personas, siendo tres los módulos libres que irán acogiendo a los internos durante los trabajos en sus celdas que tendrán una duración aproximada de tres semanas. Los operarios ya han empezado a picar las regatas en las habitaciones del módulo 9 que será el primer edificio en recibir los nuevos sistemas de interfonía en cada celda que se conectarán a un centro de control para responder con la máxima celeridad en los casos de emergencia. Las estancias de los diez módulos antiguos siguen siendo compartidas, si bien la mayoría de las nuevas habitaciones pasaron a ser individuales con la ampliación.

El centro penitenciario contará con un segundo anillo perimetral con videovigilancia y un sistema de inspección de bajos de vehículos

Además de los interfonos en cada dependencia y zonas comunes, se instalará un pulsador de emergencia y un sistema contra incendios basado en tecnología puntera (detectores de humo ópticos y térmicos), además de construir una infraestructura eléctrica que pueda garantizar el funcionamiento ininterrumpido de los nuevos equipamientos y ampliar la red multiservicio IP para la transmisión de los sistemas de seguridad. Herramientas digitales imprescindibles para la actualización de la prisión gracias a un proyecto que interviene también en los accesos y exteriores con un segundo anillo a modo de carretera de ronda por el que circularán los vehículos de proveedores sin tener que recurrir a la entrada de los internos.

El sistema de seguridad perimetral está obsoleto y desde hace años presenta carencias que ahora se subsanarán. Además del nuevo vial hacia el acceso de mercancías de la zona norte, la actuación contempla la construcción de un vallado de cuatro metros de altura, en algunos tramos de seis, con malla de simple torsión sin concertina y una nueva puerta motorizada en la zona del aparcamiento de visitas dotándola de instalaciones de interfonía. El proyecto en curso también incluye la instalación de un sistema electrónico mediante escáner para la inspección de bajos de vehículos (UVSS) y circuito de videovigilancia con cámaras térmicas, fijas y móviles con resolución Full HD, analítica de vídeo y lente adaptada para cubrir el perímetro en su totalidad que enviarán las imágenes directamente al centro de control y a los despachos de los responsables de seguridad.

Por último, se va a mejorar el sistema de detección de intrusión renovando las barreras volumétricas y de infrarrojos que se conectarán a un nuevo centro de control perimetral. Cuando la actuación esté completada, la fuga de la prisión almeriense será una misión imposible, al igual que cualquier intento de introducir sustancias y materiales desde el exterior. Durante la última década se han completado actuaciones tan importantes como la renovación integral del salón de actos en 2016 después de que parte de la cubierta se la llevara el viento, el nuevo edificio de oficinas y cafetería en 2010, la remodelación del suelo en la que han invertido varios años y la reciente elevación del muelle de acceso de mercancías, la construcción de la unidad terapéutica educativa en 2015, así como una nueva panadería y la impermeabilización del tejado finalizadas en 2019. También han realizado la reforma de la mayoría de los antiguos módulos, con los que echaron a andar en 1986, y la intervención más importante y la que más se eternizó fue la ampliación con cuatro nuevos que sumaban más de 275 plazas.

Este proyecto que ganaba capacidad penitenciaria avanzó sin que se hubiera tenido en cuenta la necesidad de más servicios y recursos, por lo que fue necesario una renovación de las comunicaciones, una nueva cocina y un almacén con mejora de la esclusa de acceso, la incorporación de grupos electrógenos y la reforma de la enfermería con ascensor para personas con movilidad reducida y habitaciones adaptadas. Esa ampliación también se aprovechó para la construcción de un aljibe de 500 metros cuadrados y sus redes de agua potable desde los aledaños de la prisión que costaron más de un millón y medio de euros. El conjunto de actuaciones elevaron la inversión de la adjudicación inicial a Ferrovial Agromán de 7,3 millones hasta los 9,5, tal y como desgranó el entonces ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que comprobó in situ el resultado en su visita del 20 de mayo de 2017.

Celdas de los nuevos módulos que abrieron sus puertas tras la ampliación en 2017 Celdas de los nuevos módulos que abrieron sus puertas tras la ampliación en 2017

Celdas de los nuevos módulos que abrieron sus puertas tras la ampliación en 2017 / Javier Alonso

Cada vez que llovía determinadas zonas de la cárcel se han venido inundando, el mejor ejemplo de la acuciante necesidad de reformas de una instalación que hace una década superaba la mitad de la vida útil de los centros penitenciarios que se estima en 50 años. Desde la década de los noventa se han ido sustituyendo progresivamente las que entonces eran cárceles más antiguas de las 80 que se reparten por el territorio nacional, jubilando las que se habían implementado en conventos y cuarteles, y la almeriense que abría sus puertas en 1986 no figuraba en ese listado. Hoy sí es una de las prisiones más veteranas de nuestro país porque la mayoría de las construidas con anterioridad han cedido el testigo. 

Una de las actuaciones de mayor calado, aunque no se encuentra en el recinto de Cuevas de los Medina, ha sido la construcción del Centro de Inserción Social (CIS) del polígono sector 20 de la capital que tiene capacidad para 40 internos, además de los talleres y servicios que presta a los de tercer grado. El centro almeriense, referente en la reinserción de presos con una de las tasas de reincidencia más bajas del país, recibió a sus primeros internos el 15 de julio de 1986. Hoy de aquella infraestructura se mantiene el esqueleto y se parece en muy poco a la prisión de hoy porque todas las dependencias han sido ampliadas y renovadas, además de la modernización de los sistemas de seguridad y servicios. La estética y funcionalidad se han adaptado también a los nuevos tiempos convirtiéndola en un núcleo urbano que también ha avanzado en arquitectura, luminosidad, vegetación y ornamentación, conceptos que se han incorporado a las políticas penitenciarias.

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