Almería

El primer túnel de Sorbas acerca la Alta Velocidad a Almería

  • Ocho meses finalizaron ayer con los últimos metros de pared que cayeron 'víctimas' de la tuneladora Alcazaba

"Cuando crucemos este túnel a más de 300 kilómetros por hora, nos acordaremos que estuvimos en él cuando finalizó su perforación". La frase es de Jesús Miranda Hita, subsecretario de Fomento, una de las personas que más han hecho por lo que ayer, poco antes de la 13:00 horas se convirtió en un espectáculo inolvidable. La tuneladora más grande de España, bautizada como 'Alcazaba' a un ritmo de un kilómetro al mes, 30 metros al día, terminaba con el primer túnel del AVE que llegará hasta la capital almeriense en fecha aún no determinada. Una secretaria de Estado (Consuelo Rumí), el delegado del Gobierno en Andalucía (Luis García Garrido) y el presidente de Adif (Antonio González Marín) se sumaban a los más de 350 trabajadores que han hecho posible un casi milagro de la tecnología, buena parte de ellos asturianos que brindaron con su sidra, abrazando su bandera a la entrada de un doble túnel presidido por una imagen de Santa Bárbara.

Y es que cono confesó uno de ellos, "los 7 kilómetros los ha perforado la tuneladora, pero los 800 metros hasta ella, los hemos hecho con voladuras y como se ha hecho siempre, con pico y pala".

Ha sido el tramo más complicado, "el túnel de Alta Velocidad más complejo de Andalucía, con una geología complicadísima" y sin duda uno de los más costosos; 251,3 millones de euros, casi la décima parte de todo el trazado entre Almería y Murcia se esconde en las entrañas de Los Gafarillos. Lo que queda es que la tuneladora pueda salir de donde se metió hace ocho meses, "desmontarla y volverla a trasladar a la boca del otro túnel". El objetivo, seguir batiendo registros de velocidad y lograrlo en menos de ocho meses.

El trayecto hasta la boca de la tuneladora es un elogio a la claustrofobia. Paredes apenas interrumpidas por fluorescentes dibujan una imagen fantasmal. A unos 50 metros de su última pared, el rugido del cemento cayendo al suelo, del suelo que se siente en los pies, del polvo que gana a las mangueras para ver el brillo en las caras de quienes lo hicieron posible.

A la hora de las valoraciones, pocas novedades. Todos celebraban la "apuesta por la incorporación de Almería a las redes de transportes europeas", a la superación del "aislamiento" entre brindis a "todos los que han hecho posible este espectáculo de la ingeniería", al menos según el presidente de Adif que fue el más prolijo en cuanto a la descripción de sus características técnicas. Entre ellas, una especialmente importante en época de recesión y paro: los más de 1.200 trabajadores empleados en los tramos en obras o los más de "3.000 indirectos que surgen en torno a los mismos".

También se escucharon referencias al Puerto de la capital, de cercana licitación del estudio informativo de su acceso ferroviario (aún tendrá que demorarse un par de años) y que será una de las infraestructuras más beneficiadas por la llegada de una Alta Velocidad ferroviaria que será "para pasajeros y mercancías".

De los 12 tramos que constituyen el trazado completo entre Almería y Murcia, 4 se encuentran ya en obras (en una fase de ejecución de un 30%); 7 tienen la redacción del proyecto y "en breve" se conocerá el estudio informativo de los accesos a la capital almeriense.

También quedó una cosa clara, al menos en los planteamientos de quienes valoraron la importancia de la obra. La "apuesta clara" por el "mantenimiento de las inversiones", destacable más aún en "tiempos difíciles". También se dejó "al margen cualquier matiz electoralista", aunque las referencias al "Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero" se escucharon en varios de los interlocutores y el cartel de 'Ministerio de Fomento, Gobierno de España' era de unas dimensiones desconocidamente grandes. ¿Casualidad?

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