Al- Balafaquí es el personaje local de mayor relieve en el marco de la cultura árabe en tiempos del al-Ándalus: Al-Balafaquí. Místico, poeta y erudito musulmán español. Nieto de Ibn al-Havy, sufí venerado por el pueblo y constructor a sus expensas de numerosas obras civiles y religiosas. Tapia Garrido señala 1264 y 1372 como fechas de nacimiento y defunción, en Velefique y Almería capital. Se educó en la capital de la taifa fundada por Jayrán y viajó repetidamente por el norte de África. Desde 1305 ocupó el alto rango de cadí de Jubiles, Marbella, Estepona, Málaga y Almería. En estas dos últimas fue asimismo lector de sus mezquitas aljamas. A partir de 1355 ejerció de embajador de Muhammad V en Fez y Tremecén; privado del sultán marroquí Abu Salim y secretario de Muhammad VI El Bermejo. Pese a que algunas características vitales no parecen ajustarse al perfil de político influyente a ambos lados del Mediterráneo, además de contradictorias, reproduzco un párrafo de Tapia quien a su vez cita como informante al prestigioso cronista Ibn al-Jatib:

Algasaniya, poetisa contemporánea a al-Balafiquí

“Era el prototipo del andaluz, es decir del hispanomusulmán. Elegante, fino, educado, vehemente y piadoso. Valoraba la amistad. Inquieto, vagabundo, rebelde, independiente y solitario. Sus amigos más íntimos fueron Ibn al-Jatib, el-Garnati e Ibn Játima, que con Ibn Zamrak e Ibn Jaldun, fueron igualmente discípulos suyos. Pequeño de cuerpo y grande de alma. Era uno de los sabios más completos de su tiempo por el caudal de conocimientos y extraordinaria calidad humana. Tuvo un perro, Qitmi, al que en un poema trata como a su mejor amigo. Ibn al-Jatib dice que “era sencillo, modesto, asceta, que se contentaba con lo preciso para vivir. No se le veía sino en casa de aquellos que necesitaban algo de él o en compañía de sus maestros o en sus viajes o en algunas de las mezquitas de las afueras de la ciudad… Le gustaba mucho viajar y buscó con solicitud en los países árabes, hasta Bugia, a todos los sabios y santos, con un interno afán de aprender”.

Se conocen veinte obras suyas en prosa, aunque no se conserva ninguna. Dejó inconclusa una historia de Almería y otra de Murcia, ambas desaparecidas. Recogió sus poesías en un diwan titulado <Lo dulce y lo salado>. Afirmaba que la condición primera y principal, esencial para ejercer la judicatura, era la comodidad material que aseguraba la independencia del espíritu. Firmado por Luisa Mª Arbide, el Diccionario Biográfico de Almeria incluye una semblanza reducida a diez líneas con los principales datos aquí apuntados.

Saga musical

Quizás no se haya valorado sufrientemente la arraigada afición musical en pequeños pueblos del interior, bien como solistas o en agrupaciones de reducido número de miembros. Es el caso de Velefique, de donde en segunda generación son originarios nuestro trío de protagonistas, aunque nacidos en la capital. Taxista de profesión, Antonio Miranda Escoriza, nacido en julio de 1951 y casado con la bacareña Isabel Sevillano, son los padres de tres hermanos sobresalientes en distintas disciplinas instrumentales y en la dirección bandisticas. Una conjunción familiar raramente emulada. Su vocación se puso de manifiesto a muy temprana edad. Nos lo cuenta Miguel Ángel, el segundo de ellos:

“Al regresar de Alemania, donde trabajó durante 16 años en la construcción, mi tío Juan -hermano del padre e igualmente velefiqueño- trajo consigo un acordeón que regaló a mi hermano Juan Antonio que por aquel entonces tenía 7 o 8 años. Mis padres se interesaron por la atención prestada y finalmente supieron de un profesor de dicho instrumento en la calle Guadarrama, cercana al Conservatorio de Música de Almería. Un hombre mayor llamado Juan, de apodo “El Ramblas” y natural de Albox. Tras un año de clases y viendo su esperanzador progreso, aconsejo a mis padres que lo matricularan en dicho Conservatorio, y así hicieron. Convertido en el pionero, paulatinamente se incorporaron Miguel Ángel y Francisco Javier a la enseñanza reglada”.

Hermanos Miranda

Resumo las densas trayectorias que, pese a su juventud atesoran. Sin cejar en ningún momento su ilusión y vocación primera ni el estudio continuado y riguroso:

1) Juan Antonio Miranda Sevillano (1979)

Estudios en Acordeón y Flauta Travesera y Diplomado en Magisterio, siendo en la actualidad maestro en un colegio de Premiá de Mar (Barcelona). El director más joven de la provincia cuando se responsabilizó de la Asociación Musical “Anacrusa”, de Bacares, y fundador de la banda municipal de Turre. Tarea de gran mérito ya que como único profesor daba clases de todos los instrumentos, creando los cimientos de la banda que hoy sigue activa. También las de Bayarque y Chirivel la han visto alzar la batuta. Actualmente es director de la Casa de Granada en Barcelona.

2) Miguel Ángel (1984)

Estudió la especialidad de Percusión, obteniendo la licenciatura en Trompeta y dirección de Orquesta. Como intérprete ha participado en formaciones de diferentes estilos, de música clásica o zarzuela hasta ritmos modernos. Profesor fundador de la Municipal de Mojácar, en la que ejerce desde los 16 años y a la que dirige desde hace siete. Asimismo es profesor en escuelas musicales de los ayuntamientos de Albox, Vícar, Bédar y Turre. O la Banda Indalia, formada por instrumentistas de gran nivel en el levante almeriense.

3) Francisco Javier (1987)

Ha realizado el Grado Profesional de Flauta y estudios de percusión, estando terminando los de Saxofón. Su larga trayectoria musical se extiende de 2009 a 2018 al frente de las bandas de Bacares y Bayarque. Desde 2013 su tarea docente la ejerce en las aulas de viento madera en la Escuela Municipal de Albox, al tiempo que se responsabiliza de su Banda Juvenil.