Almería

VÍCAR. Un párroco vertebrador

Un párroco vertebrador

Un párroco vertebrador / D.A.

No es usual, pero a veces la capitalidad histórica de un municipio se ve superada en importancia demográfica y socioeconómica por otro ayuntamiento surgido en el propio territorio. En la provincia tenemos dos ejemplos paradigmáticos: El Ejido y Balanegra, emancipados de Dalías y Berja, respectivamente. La Puebla en cambio sigue unida a la Villa de Vícar, núcleo primigenio perteneciente a su vez a la otrora castellanizada taha de Almexísar. La corta aunque densa historia de su media centuria ha sido fehacientemente documentada en dos libros de referencia: <Vícar: un pueblo, una historia (2003)> y el más reciente (2019): <Puebla de Vícar. Medio siglo de historia y vida (1969-2019)>, ambos con la firma del historiador “canjilón” Juan Pedro Vázquez, profesor del Instituto vicario en sus últimos años como docente y el más fiel cronista de la Villa.

Antonio Felices Álvarez Antonio Felices Álvarez

Antonio Felices Álvarez / D.A.

Corazón del Poniente

Los auténticos hacedores del <milagro vicario> son las familias de colonos venidos a poblar uno de los modernos enclaves rurales construidos por el Instituto Nacional de Colonización, inaugurado en 1969 y alineado sobre la antigua carretera N-340. Mujeres y hombres procedentes mayoritariamente de localidades alpujarreñas granadinas, puestos a personalizar es obligado sub rayare la figura del sacerdote Antonio Felices Álvarez, primer párroco del templo de Santa Mª Madre de la Iglesia, adornada de imágenes, murales y bajorrelieves de considerable valor artístico obra, de entre otros, Teresa Eguibar. Desde marzo de 2021 en sus alrededores han erigido un monumento a San José, obra del escultor Francisco J. López Reyes

Hijo legítimo de Francisco y Carmen, nació en Pechina el 5 de enero de 1943. Dada su pronta vocación sacerdotal, con 11 años ingresó en el Seminario Menor capitalino, completando su formación eclesiástica en el Mayor de la Diócesis. Ordenado sacerdote en 1966, el 2 de septiembre celebró su primera misa en la zapillera San Pío X. Sierro, Suflí y Armuña serían los iniciales destinos dictados por monseñor Suquía Goicochea. Hasta 1970 en que fue nombrado capellán de la Zona de Colonización, de San Benito en Vícar Pueblo, de la citada en La Puebla y posterior de La Asunción, en Las Cabañuelas.

Libro de Juan pedro Vázquez Guzmán Libro de Juan pedro Vázquez Guzmán

Libro de Juan pedro Vázquez Guzmán / D.A.

Tras vivir provisionalmente en un cortijo cercano, se instaló en la calle Los Pinos con su tía Isabel Álvarez. Ante el ingente reto pastoral al que se enfrentaba, no se limitó a la estricta función litúrgica. Antonio Álvarez trabajó intensamente en la cohesión de los colonos diseminados y de variadas procedencias. Con especial énfasis entre los grupos jóvenes y en la enseñanza de adultos, organizando clases nocturnas para la obtención del Graduado Escolar; complementando así la estatal y reglada. En dicha misión jugó un importante papel las cinco Damas Catequistas “Dolores R. Sopeña” llegadas de la capital. El sacerdote pechinero se granjeó el respeto y cariño del vecindario vicario, reconociéndolo con el monolito que a la entrada del pueblo señala “Calle del párroco Antonio Felices”.

Su estancia en Vícar finalizó en 1990, en que fue adscrito a la parroquia almeriense de Regiones Devastadas y, posteriormente, en la aledaña de San Luis Gonzaga. Su labor eclesial la compartió con la docencia en colegios e institutos y como consiliario de la HOAC y JOC, además de capellán de la Comunidad de Salesianas y en el convento de Las Puras (2005-2017), donde dejó grato recuerdo. Sus últimos años fue vecino de las concepcionistas franciscanas hasta que el 24 de dicho 2017 <tras luchar con la cruel enfermedad que le aquejaba; el óbito en la residencia de sacerdotes “San Juan de Ávila”.

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