La diputada nacional por Almería, Rocío de Meer, junto al diputado provincial, Juan Francisco Rojas, y miembros del equipo de Almería capital ha visitado el barrio de Pescadería-La Chanca.

De Meer ha escuchado a los vecinos de “El Patio” y le han trasladado su sentimiento de abandono por parte de las administraciones. La inseguridad, okupación, inmigración ilegal y el paro, de un 70%, son los principales problemas con los que se encuentran en el barrio.

“Hoy hemos asistido al relato de unos vecinos que sentían miedo cuando sus hijas salían a comprar el pan por la tarde, de peleas, de ruina, de desesperación y de rabia. Y estoy segura de que Juanma Moreno y Pedro Sánchez duermen muy tranquilos en sus mansiones con seguridad privada mientras condenan a familias a vivir en estas circunstancias”, ha declarado Rocío de Meer.

En este sentido, la diputada ha explicado que “faltan dos millones de viviendas de alquiler social para situarnos en la media de la Unión Europea. Esto son dos millones de familias a las que el Estado debería estar dando una solución y es justo lo que están viviendo los vecinos de El Patio y el barrio de Pescadería-La Chanca, pero en su lugar, preferimos pagar 300.000 euros al día en hoteles con pensión completa para los que asaltan nuestras fronteras”.

Durante la visita, de Meer, ha podido comprobar en las lamentables condiciones en las que viven en este barrio emblemático de la capital. “Observamos cómo un barrio que podría ser el corazón de Almería, ha sido dejado de la mano de los políticos. Cómo uno de los baluartes culturales de Almería ha sido condenado a la ruina, al paro, a la inseguridad, al fracaso multicultural y a la miseria”.

Rocío de Meer le ha pedido al ejecutivo de Sánchez que su escudo social sirva para algo y que no jueguen con las familias y los barrios más vulnerables y ha exigido a los políticos de la Junta y el Ayuntamiento que cumplan sus promesas y pongan solución a situaciones como las que viven los vecinos del edificio “El Patio”, que cada día se juegan la vida en su propia casa y se ven condenados a seguir allí por carecer de recursos económicos para poder aspirar a una vivienda en buenas condiciones.