Tribunales

El acusado de matar a un compatriota niega el crimen pero testigos dicen que lo vieron apuñalarlo

  • Durante la primera sesión de la vista oral con jurado popular que se sigue en la Audiencia Provincial de Almería, la sorpresa ha sido el testimonio de estos vecinos del acusado, ya que la propia fiscal había manifestado poco antes a los jurados que no existían testigos “directos” del apuñalamiento mortal

Audiencia Provincial de Almería.

Audiencia Provincial de Almería.

El hombre que se enfrenta a trece años de prisión por presuntamente matar de una puñalada a un compatriota durante una discusión en Cuevas de Almanzora (Almería) ha negado este lunes haber cometido el crimen, si bien testigos han sostenido que lo vieron sobre la víctima cuando todavía la apuñalaba.

Durante la primera sesión de la vista oral con jurado popular que se sigue en la Audiencia Provincial de Almería, la sorpresa ha sido el testimonio de estos vecinos del acusado, ya que la propia fiscal había manifestado poco antes a los jurados que no existían testigos “directos” del apuñalamiento mortal.

El primero en declarar, no obstante, ha sido el propio acusado, quien ha negado -asistido por un intérprete- que sobre las 14:45 horas del 16 de diciembre de 2020, diese muerte a un compatriota gambiano durante una discusión.

Ha reconocido que tuvo una "pequeña discusión" con la víctima y que el fallecido cogió un "palo" y le golpeó a él en el antebrazo izquierdo, por lo que salió corriendo del lugar porque tenía “miedo”, a la vez que ha apostillado que la víctima le manifestó que lo iba a "matar", aunque sin saber el motivo de esta supuesta amenaza.

Ha negado también que llevase con él un cuchillo y ha asegurado que regresó al lugar para ayudar al finado al escuchar ruido en el lugar en el que ambos habían discutido, y que al girarse lo vio "tirado en el suelo" e intentó socorrerlo. En este sentido, ha manifestado que no vio a nadie que pudiese ser el autor de la agresión.

Cuando llegó, ha insistido, no había ningún cuchillo en el lugar, y al acudir otros vecinos se fue a su casa porque es el "único hijo de su padre" y no quería "conflictos o problemas", aunque fue detenido poco después allí por la Policía Local, sin reconocer -ha incidido- que matase al muerto.

Tras él han declarado ante el jurado popular varios testigos, de los que tres en concreto se encontraban en la misma casa cuando se produjo la muerte y salieron juntos a la calle al escuchar a la víctima gritar para pedir ayuda porque alguien quería "matarle".

Según han relatado, tardaron como mucho un minuto en llegar y encontraron a la víctima boca abajo en el suelo y al acusado sobre él cuando todavía le lanzaba puñaladas en un antebrazo, por lo que entre los tres lo separaron y le arrebataron el cuchillo.

A pesar de ello, ninguno ha sabido responder qué pasó con este arma blanca una vez que presuntamente se la quitaron al acusado. En esta línea, uno de ellos ha mantenido no recordar nada hasta que llegó la Policía por la propia situación.

En el lugar sólo se encontró un palo manchado de sangre, pero no el cuchillo.

Sí han ratificado que el acusado fumaba marihuana de forma habitual, tal y como éste había expuesto poco antes, y uno de ellos ha afirmado que el gambiano es "siempre es una persona tranquila" pero que cree que "no está bien psicológicamente". "Es una persona loca porque a veces habla solo. Ese mismo día iba solo hablando y gritando", ha abundado.

Según la fiscal, el acusado "guiado por el ánimo de menoscabar su integridad física, le clavó un cuchillo monocortante, puntiagudo y con un ancho de hoja, hasta donde penetró, de al menos 18 mm, en el pecho y en el brazo" y además golpeó a la víctima con un palo o barra.

Sin embargo, el letrado Eduardo Muñoz Simó, que ejerce la defensa del acusado, muestra su disconformidad con este relato y asegura que ese día su cliente y el fallecido "tuvieron una mera discusión verbal por motivos que se desconocen".

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