Los dos acusados de patronear una patera que fue interceptada con ocho personas a bordo han negado este lunes que tuviesen nada que ver con la organización que organizó el viaje o que ejerciesen las labores de dirección que les achaca el Ministerio Público.

Por ejemplo, uno de los acusados ha aseverado que "pagó como todo el mundo" y que a la persona que le entregó el dinero "no quiso ni traerlos, cogió el dinero y se fue" y que por ello todos los ocupantes de la infraembarcación tuvieron que turnarse en el timón.

Ha recalcado que dicha persona dejó un GPS que manejaba un hombre de origen libio que "conocía un poco el camino", y que conoció al presunto organizador de la patera en un café de un pueblo marroquí en el que se habla "mucho de viajes, de inmigración", hará unos cuatro meses.

De esta forma, ha insistido en que le dio 1.500 euros antes de embarcarse y otros mil euros justo antes de coger la lancha, en la que habían cargado siete garrafas de gasolina. Sobre cómo obtuvo esta cuantía, ha manifestado que parte la había ahorrado con su trabajo y que otra parte se la habían dado su tío y su cuñado.

La Audiencia Provincial de Almería ha acogido este lunes el juicio contra dos personas acusadas de patronear una patera que fue intervenida este verano antes de que finalizara el estado de alarma con ocho personas a bordo que, según las investigaciones efectuadas, abonaron en torno a 2.500 euros por ocupar una plaza en el bote.

La Fiscalía pide seis años de prisión por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros para cada uno de los acusados, quienes habrían sido identificados después de que Salvamento Marítimo avistara la patera que iba a la deriva, ya que se había quedado sin combustible antes de poder llegar a la costa.

Según el escrito provisional de la Fiscalía, consultado por Europa Press, fue sobre las 21,00 horas del pasado 20 de junio cuando se localizó la embarcación de cuatro metros de eslora y dos de manga a unas 28 millas náuticas al sur de Cabo de Gata.

La patera, que contaba con un motor de 25 caballos y había partido de las costas de Orán, iba ocupada por ocho inmigrantes indocumentados a bordo que se dirigían a las costas españolas. Según el fiscal, los dos acusados cogobernaban la patera controlando el timón y el GPS hasta que fueron intervenidos por la Guardia Civil.

El Ministerio Público incide en que el viaje se llevó a cabo en una embarcación "de tamaño insuficiente" para llevar a bordo a ocho personas en un trayecto "tan largo desde Orán", y carecía de medidas de seguridad "sin luces, agua o alimentos", con el "consiguiente riesgo de vuelco de la embarcación colisión con un buque de mayor tamaño, o caída al mar".