Miradas - Carmen Santos Sola - Enfermera

“He aprendido a valorar mucho más el contacto humano con los pacientes”

  • "Hay muchas cosas que tienen que cambiar, pero no por la pandemia, sino porque están mal. Por ejemplo, tiene que haber más civismo, hay que proteger el medio ambiente”

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Hoy comparte con nosotros cómo la pandemia ha impactado en su vida y su mirada para el mundo que viene una enfermera que formó parte del grupo de sanitarios destinados a residencias de mayores que tuvieron que ser medicalizadas en la primera ola de la pandemia. 

- ¿Carmen con qué palabra definiría su 2020?

Desastroso. Desastroso por tanta muerte, tanta ruina económica, tanto desgobierno… 

- ¿Cómo vivió el confinamiento de la primera ola de la pandemia?

Lo viví con desconcierto. Trabajaba en el hospital y era desconcertante todo lo que estaba pasando. Había una preocupación constante, diaria, ante la nueva enfermedad. 

- ¿Qué fue lo que más le costó asimilar?

Creo que fue el hecho de que nuestro estilo de vida estaba cambiando y la manera en la que lo estaba haciendo: Las limitaciones para ver a los míos, para visitar a mi madre, para salir a hacer las compras… 

- ¿Y lo que más le ayudó a sobrellevarlo?

Mi pasión y vocación por mi trabajo. Eso fue, y sigue siendo, mi motor. 

- Como sanitario, ¿qué sintió cuando se dio cuenta de lo que había llegado a nuestras vidas?

Sentí que era un nuevo reto. Algo que sabía que tenía que enfrentar y que debía colaborar con todos mis compañeros para ello. Creo que nunca he sentido miedo al Covid, pero sí mucho respeto. 

- ¿Y cómo fueron sus días de trabajo en la primera ola?

Pues de sorpresa en sorpresa cada día con lo que ocurría. Carecíamos de la información y de los medios necesarios para enfrentarlo y abundaba la desinformación tanto a nivel gubernamental como social. 

- ¿Qué sentimiento cree que prevaleció en su gremio?

La incertidumbre. Había mucha incertidumbre y, en algunos casos, miedo. Pero también había muchas ganas de trabajar. 

- ¿Y cómo son vuestros días ahora?

Casi igual. La pandemia ha sido, desde el primer momento, y sigue siendo, como una montaña rusa: altos y bajos, días buenos y días malos… 

- La destinaron a una residencia que fue medicalizada, ¿Cómo resumiría aquella experiencia?

Muy agobiante y a la vez triste por ver a las personas mayores sin poder tener contacto físico con los suyos y pensando que podían morir solos, que no saldrían de esta. Fue un descubrir de la auténtica soledad del individuo en el final de sus días. 

- ¿Qué fue lo más difícil de aquellos días?

Tener que ponerme el traje, la mascarilla, la pantalla de seguridad y los guantes cada vez que debía entrar a ver a un residente, porque la barrera protectora que todo ello crea  es, a la vez, una barrera de distanciamiento humano con esa persona. 

- ¿Y qué se has llevado de ellos?

He aprendido a valorar mucho más el contacto humano con los pacientes, especialmente cuando se trata de las personas mayores por lo mucho que he visto que lo necesitan, y a sentirme agradecida por tener la oportunidad de ser enfermera. 

- ¿Qué le gustaría que aprendiera nuestra sanidad de este reto sanitario y humano que estamos viviendo?

Creo que tiene que haber una independencia entre sanidad y política. En estos casos como la pandemia que vivimos, los políticos deben seguir las indicaciones sanitarias y no al revés. 

- ¿Y qué cree que ha traído la Covid-19 que se vaya a quedar en los sanitarios que la habéis vivido?

Secuelas emocionales. En algunos más que en otros, quedarán secuelas emocionales. Especialmente en los que han estado en las UCIs, en las plantas dedicadas solo a pacientes con Covid, y que han visto morir a tantas personas, inclusive a compañeros. 

- ¿Piensa que el mundo volverá a ser como era o eres de los que piensa que nada volverá a ser igual?

Todo volverá poco a poco a ser igual. Ya ha ocurrido antes. 

- ¿Es de los que considera que la humanidad debe cambiar el rumbo y, si es así, cuál considera que debe ser la clave de ese cambio?

Hay muchas cosas que tienen que cambiar, pero no por la pandemia, sino porque están mal. Por ejemplo, tiene que haber más civismo, hay que proteger el medio ambiente, hay que tener más respeto hacia las personas y más sabiduría al elegir a nuestros gobernantes y, sobretodo, hay que saber escuchar a los demás. 

- ¿Qué consejo le daría a un joven que esté pensado en estudiar enfermería?

Que esta es una profesión muy hermosa, pero que tiene que gustarte mucho. Que es una vocación más que un trabajo y que requiere muchos sacrificios, pero que los sacrificios que requiere son siempre recompensados. 

- ¿Cómo se encuentra para afrontar lo que pueda quedar de enfermedad?

Bien. Con ánimos y dispuesta a colaborar con todos. 

- ¿Ha pensado ya cómo quiere celebrar la vuelta a la vida tal y como la vivíamos antes de la pandemia?

Me gustaría que fuera viajando. 

- Por último, ¿qué palabra quiere que acabe definiendo su 2021?

Yo pienso que hasta el 2022 no veremos algo esperanzador, así que el 2021 creo que será igual al 2020. Lo que espero es que no sea peor. 

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