Almería

Una apuesta segura por la miel sostenible y de calidad

  • Luchar por el producto autóctono, una prioridad

La producción de miel ecológica supone un compromiso ineludible con el medio ambiente. De hecho, Juan Alférez y Gabriel Barranco ya obtuvieron la certificación de la Junta de Andalucía. Para poseer esta distinción, es imprescindible que los productos suministrados sean naturales. La desventaja es que son menos agresivos para atajar el ataque de la varroa, un ácaro que impregna a la abeja y la daña. Previamente, pasan por una revisión periódica y exhaustiva, que obliga a los propietarios a detallar minuciosamente cuáles son los movimientos de las colmenas, la ubicación y los espacios libres que dejan dentro de su perímetro de actividad. Estos pormenores se recogen en una memoria. "Muchas veces te cansan los trámites burocráticos porque en ocasiones te restan más tiempo que el propio trabajo", señalan.

Barranco, autodidacta y con la perspectiva que otorga la experiencia, reivindica la calidad de la producción autóctona: "Obtenemos la mejor miel del mundo, pero nos falta la cultura necesaria para valorarlo", apostilla. El 80% de la producción, según comenta, se exporta a Europa, pero sin embargo España importa otro tanto por ciento de miel procedente de China. Es decir, se prescindiría de esa adquisición si se comercializara la miel en el territorio nacional. Además, contiene el agravante del precio. Mientras que la venta asiática no alcanza los dos euros por kilogramo, la miel de España está sobre los cuatro euros e incluso supera los cinco en el caso de la elaboración ecológica. Esto genera un inconveniente en la competencia de mercado porque el cliente suele atender mayoritariamente al precio.

Una de las principales diferencias es la aplicación de los químicos. En China se incorporan más antibióticos para combatir las enfermedades que puedan padecer, sobre todo por la proliferación de hongos como consecuencia de la humedad. En España, el clima es más seco, pero el elemento diferencial es la intensidad del sabor y la potencia de sus propiedades: "Lo normal es que consumamos el producto autóctono porque aporta más beneficios a nuestro organismo".

También se encuentran inmersos en amansar la agresividad de las abejas. "Otros apuestan por las especies inglesas o alemanas porque tienen un espíritu menos defensivos, pero nosotros apostamos decididamente por lo autóctono", afirma Callejón. La idea de suavizar esa agresividad responde al abanico de posibilidades que lleva ligado. Muchos agricultores recurren a las colmenas para polinizar sus plantas. Si además cumplen esa función reduciendo la beligerancia, la elección de espacios para ubicar los abejeros es más extensa .

Pero hay dos motivaciones que mantienen la perseverancia entre estos dos apicultores: la satisfacción por contribuir al aumento de producción y la seguridad de saber que están aportando su grano de arena para conservar el bienestar del medio ambiente. "Eso hace que te sientas orgulloso y te impliques más en este pasatiempo que se acaba convirtiendo en una obligación más, además de nuestro trabajo principal y la conciliación familiar", concluyen.

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