El Barranco del Caballar, la rambla que parte en dos el barrio de Pescadería-La Chanca, se encuentra en la peor de las situaciones. Habría que remontarse muchas décadas atrás para contemplar una situación de estas características, aunque, igual, ni eso. Y no será porque tanto los vecinos como las administraciones no están avisados. Así lo narraba el diario ABC en su edición del viernes 3 de abril de 1970: "La tragedia se ha registrado en el puerto, cerca de la desembocadura de la rambla de La Chanca, donde se ha desbordado el barranco del Caballar. Por la carretera circulaban varios coches, cinco de los cales fueron lanzados al Mediterráneo...". El subtitulo de la noticia era 'Hasta ahora se sabe de cuatro muertos y tres desaparecidos'.

Y no es cuestión de ser alarmista. La base de todo esto se basa en ser precavidos. Es cierto, los que ensucian son los vecinos. Algunos. Pero el resto, la mayoría, no quiere sufrir las consecuencias de unos pocos.

Es por ello que bajo la representación de la Asociación Cultural La Chanca-Pescadería, los vecinos lanzan un mensaje a las administraciones, concretamente al Ayuntamiento de Almería, a quien corresponde la limpieza de este cauce a pesar de que durante muchos años se litigió con la Junta de Andalucía sobre las competencias. La última vez que se metieron las máquinas fue en 2015. El valor de la limpieza de este cauce ronda los 30.000 euros.

Desde la Asociación Cultura La Chanca-Pescadería sostienen que si se repitieran las lluvias torrenciales "lo más probable es que el agua inundara buena parte de Pescadería y La Chanca, poniendo en peligro la vida de los vecinos de la zona". De la misma forma, sostienen que "no podemos permitir que las autoridades políticas, a las cuales les pagamos un generoso sueldo y que nos han jurado o prometido trabajar por el bien común, se coloquen en sus despachos y no pongan en marcha los instrumentos necesarios para que aquellos, empresas o particulares, que indiscriminadamente vierten sus residuos sean sancionados. El barranco del Caballar es un vertedero".

El Barranco del Caballar está sumido en un bucle. Acumula basura, se limpia (al tiempo y sin prisa) y vuelve a 'enfangarse'. Y, aunque en los últimos años no haya habido ninguna desgracia, sí que ha dado algún susto y son varios los colectivos implicados, pero ya no solo por la basura, también por su encauzamiento. Entre los afectados están los vecinos e incluso autoridades como el Puerto.

Y lo peor es que forma parte del entorno de lugares de interés señalados hace escasos meses en el Ayuntamiento en su nuevo mapa turístico de la ciudad. Su cauce, lleno de residuos, es contemplado por los vecinos, pero también por los cientos de turistas que acuden a las visitas guiadas que realizan los propios ciudadanos del barrio varias veces al mes.