Coronavirus

La calle, ni gimnasio ni sala de guateques

  • La conducta de los almerienses es buena, aunque parece inevitable ver alguna foto de quedadas propias de los viejos tiempos

Reunión de demasiadas personas en un parque almeriense.

Reunión de demasiadas personas en un parque almeriense.

A la sociedad almeriense se le ha tachado muchas veces de pasota, de no estar involucrada en las necesidades de su ciudad o provincia. Por ejemplo, en las manifestaciones por temas ferroviarios o por la escasez de agua, los manifestantes brillan por su ausencia. Sin embargo, durante el confinamiento y en este comienzo del desconfinamiento, los ciudadanos están dando un ejemplo, han sido de los más responsables de España.

Basta con echar mano a la libreta de multas de la Policía y Guardia Civil. Pocas hojas rellenas, denuncias sueltas por alguna conducta incíva e irresponsable, que no puede generalizarse ni manchar la buena actitud de los almerienses, ejidenses, roqueteros, veratenses, abderitanos... Como en todo, la foto fija es que la que se queda en la mente, la que se convierte en la sobremesa del almuerzo. Y a nivel provincial, ésta puede ser la de los Paseos Marítimos llenos de deportistas hace dos sábados o la de alguna concentración de personas que rememora las viejas costumbres de charlar, pasear en línea o demostrarse amor en la anónima oscuridad de un banco.

Ante esto, las patrullas policiales optan por la pedagogía antes que el palo económico. Como bien dice Juan Uroz, corredor que atiende a este medio mientras realiza estiramientos ante el Cable Inglés, “ves algunos grupos principalmente de jóvenes que no están haciendo nada incívico, pero no saben que todavía es peligroso no respetar la distancia social”. Eso es lo que tratan de hacerles ver los policías, que las calles no son todavía lo que fueron. Ni gimnasio ni sala de reuniones, han perdido su valor físico para convertirse en un momento de esparcimiento, unas horas en las que recibir rayos de sol, saludables y necesarios para que el cuerpo no sufra más de lo debido en este encierro casero.

“Da algún escalofrío ver a la gente junta. Duele que algo tan normal en una sociedad tan calurosa como la nuestra sea ahora inusual y no lo debamos hacer. No quiero ni imaginarme cómo va a ser cuando podamos ir de nuevo a ver el fútbol”, indica Juanma Pascual, que anda por el Paseo con su camiseta de la UDA y que como tantos, no va a poder asistir a los últimos encuentros, si al final se reanuda la Liga.

Ante el aburrimiento, la sociedad necesita morbo y éste se da con una pregunta fácil: ¿Han vuelto los botellones a las calles? La Policía Nacional confirma que no es así, que se han producido denuncias por otro tipo de conductas insolidarias, pero no por beber en vía pública. “Desde que comenzó el confinamiento, hemos propuesto para sanción a 6.199 personas, de diferentes edades y todos ellos se suelen excusar en el desconocimiento de la norma, o con alegatos incongruentes o contradictorios”, aseguran fuentes de la Policía Nacional. Y es que hay que tener valor para arriesgarse a la cuantía económica de una multa por beberse un trago de güisqui o de ron. “El Real Decreto 463/2020 que regula el Estado de Alarma, remite a efectos de sanciones a la Ley 4/2015 de Seguridad Ciudadana, la cual en función de la gravedad de la sanción, puede llegar a ser de entre 100 y 600.000 euros (sanciones leves 100 a 600; sanciones graves 601 a 30.000; y sanciones muy graves de 30.001 a 600.000)”, informan.

6.199 propuestas de sanción son las interpuestas por la Policía Nacional de Almería durante esta cuarentena

Entonces, ni gimnasio, ni sala de reuniones, ni de guateques. La calle no es del coronavirus, pero sí hay que ir reconquistándola a base de sentido común. “Sería una pena que no nos dejaran salir de nuevo, que nos volvieran a encerrar”, dice una pareja de personas mayores, en torno a los sesenta años, que reconocen al periodista por la libreta y la cámara de fotos. No quieren identificarse, pero son un ejemplo anónimo de lo que hay que hacer.

Caminan solos, a buen ritmo, con mascarilla y saludando sin mayores estruendos. Es el momento de demostrar como sociedad lo que vale la almeriense, hasta el momento nos ha dado para llegar a la fase 1.

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