Almería

El cambio de nombre del aeropuerto, aún sin solicitar y con financiación municipal del coste

El cambio de nombre del aeropuerto, sin comunicar y con coste municipal

El cambio de nombre del aeropuerto, sin comunicar y con coste municipal / Javier Alonso

El aeropuerto de Almería podrá denominarse Antonio de Torres si el Ayuntamiento de la capital, que es la administración proponente de la nueva denominación, asume el coste y previamente cierra un convenio con Aena y la Dirección General de Aviación. Fuentes del Ministerio de Transportes que preside José Luis Ábalos precisan a este periódico que en los últimos años se vienen autorizando este tipo de modificaciones en la red de aeropuertos de interés general de la red estatal a petición de las instituciones públicas siendo un requisito fundamental que exista consenso territorial como ocurre en la ciudad al ser aprobada esta propuesta por unanimidad en el último pleno celebrado.

A partir de ahí es necesario que se curse la solicitud y su aprobación a través de una Orden Ministerial con la que se establecerá un convenio con Aena en el que se determine que el consistorio asumirá todos los costes asociados al cambio de denominación. De momento, ni el Ministerio ni Aena han recibido esta propuesta municipal que se ha venido anunciando desde días previos a la sesión plenaria. La modificación de un nombre, según indican desde el Gobierno, afecta principalmente al conjunto de acciones que están asociadas a cartelería, planos de emergencias, logotipos en vehículos, rotulación en directorios, cambio del edificio y en las pantallas y mensajes de megafonía de la terminal y salas e imprenta y documentación.

En los aeropuertos de Madrid-Barajas y El Prat de Barcelona, asumiendo los nombres de Adolfo Suárez y Josep Tarradellas, el coste estuvo comprendido entre medio y un millón de euros. Sin embargo, en instalaciones de menor calibre, como la de Tenerife Norte que se denomina Ciudad de la Laguna, el importe bajó a 71.155 euros. Es la modificación más reciente, hace exactamente un año, y lo sufragó el gobierno canario como entidad proponente que lo cursó un año antes a la Dirección General de Aviación Civil. Esta modificación para el antiguo aeropuerto de Los Rodeos respondió al impulso que se le quiso dar a la declaración de San Cristóbal-La Laguna como Bien Cultural por la UNESCO en su veinte aniversario.

La torre de control desde la pista del aeropuerto de Almería La torre de control desde la pista del aeropuerto de Almería

La torre de control desde la pista del aeropuerto de Almería / Javier Alonso

Y pocos meses después, el aeropuerto de Lanzarote pasó a llamarse César Manrique en homenaje al artista y ecologista coincidiendo con el centenario de su nacimiento. La inversión, en esta ocasión, fue asumida por el Gobierno como también ocurriera tiempo atrás con el de Málaga-Costa del Sol y Federico García Lorca que presta servicio a Granada y Jaén. La modificación del nombre del aeropuerto Alicante-Elche llegó promovida por el Ayuntamiento ilicitano, pero fue sufragada por una quincena de empresarios locales en base al beneficio turístico que conllevaría la designación. Inicialmente se había previsto un coste de unos 50.000 euros que, sin embargo, la licitación de Aena rebajó hasta los 24.446.

La modificación del de Santander como Severiano Ballesteros la motivó el gobierno regional y se hizo cargo de la financiación de la cartelería, señalización de viales y terminales, mobiliario y equipamientos... A pesar de la predisposición del Ministerio de Transportes a autorizar las demandas que se elevan en cada ciudad o comunidad, han querido aclarar que no puede considerarse este cambio de la designación como actividad regulada y de ahí que requiera un acuerdo previo de la administración que lo propone con Aena y también que todos los gastos derivados de la permuta sean asumidos durante la tramitación. El aeropuerto almeriense cumplió el 6 de febrero 52 años de vida, más de medio siglo sin apellidos.

Y el Ayuntamiento de la capital quiere que sea el “padre de la guitarra” actual el que permita identificar la ciudad a los visitantes nada más aterrizar en la provincia. A través de una moción del PP, aprobada por unanimidad y algún que otro reproche por no hacer consulta a la ciudadanía, se quiere bautizar al aeródromo de El Alquián con el nombre del luthier nacido en La Cañada de San urbano en 1817. La denominación Antonio de Torres, padre de la guitarra actual, tanto clásica como flamenca, cuenta con el respaldo de la Diputación y la Junta, además de haber tenido la mejor acogida en el segmento cultural. De prosperar el acuerdo con Aena, el aeropuerto que se inauguró el 6 de febrero de 1968 con una inversión de 350 millones de pesetas será el más musical de nuestro país.

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