Almería

El caso del sujetador rojo

  • Sin resolver. Varios agricultores descubrieron el cuerpo de una joven en una charca de Punta Entinas entre El Ejido y Roquetas. Hoy se sigue sin saber la identidad de la víctima y los detalles

El caso del sujetador rojo

El caso del sujetador rojo

Cuando se pudo llegar a producir la muerte de esta persona no se llegará a saber nunca. Y si se sabe, nadie ha dado hasta ahora explicación oficial sobre ello. Fue un caso extraño y controvertido que arrojó demasiadas sombras. Los hechos sobre este peculiar asunto arrancaron la lluviosa mañana del 9 de octubre de 1991 cuando varios agricultores, que se dirigían a su explotación agraria bordeando un estrecho camino de invernaderos encontraron de forma circunstancial los restos del cadáver de una mujer en una charca en la zona de Punta Entinas entre las localidades de Roquetas de Mar y El Ejido.

Diversos huesos y el cráneo se hallaron semienterrados a unos doscientos metros del mar en la denominada "Charca de la Guarra". Tras el insólito descubrimiento, informada la Guardia Civil por los descubridores del macabro hallazgo, todas las investigaciones de los agentes de la Benemérita se centraron inmediatamente en determinar la posible relación de este cadáver con el crimen de la enfermera británica Alexandra Lily Lye desaparecida desde el 30 de agosto de ese mismo año, cuyo caso desde entonces estuvo estado siempre rodeado de un gran misterio y cuyo cuerpo tampoco se encontró, ni el supuesto autor- un australiano Ian Welch que llegó a entrar en la cárcel- fuese finalmente considerado por la justicia como el autor material del asesinato. También fue detenida su esposa Susana Gil, pero a las dos semanas el juez decretó su libertad.

El 4 de marzo de 1992, seis meses después, Ian Welch quedó en libertad bajo una fianza de 750.000 pesetas

Curiosamente las medidas antropológicas del cadáver, alrededor de 1,60 metros de estatura e incluso el color del pelo coincidían con los de la enfermera desaparecida, pero finalmente los resultados del estudio del ADN y otras pruebas científicas- un examen de las piezas dentales- a los que fueron sometidos los restos rechazaron posteriormente con total rotundidad de que pudiera tratarse de la misma persona. Según la Policía británica los dientes examinados no pertenecían a Alesandra Lily Lye. En aquellas fechas nadie había denunciado desaparición alguna en la provincia ni en otras limítrofes. La oscuridad del caso era cada vez más siniestra y profunda.

Según se informó entonces, el cadáver se encontró en un avanzado estado de descomposición. Boca arriba y con la cabeza ladeada, estaba totalmente desnudo cubierto solo con un sujetador rojo. Parte del cráneo conservaba aún restos manchados con tonos rojizos, posiblemente sangre, carcomido por los insectos. En algunas zonas de las piernas eran latentes los efectos de la corrosión aunque no presentaba señales externas de mutilación.

Solo quedaba el sujetador rojo. La prenda se examinó a fondo, pero tampoco aportó luz sobre el caso decretado secreto sumarial

Un autentico rompecabezas para la Policía Judicial de la Guardia Civil encargada de la investigación. ¿Cuánto tiempo llevaba muerta esta persona?. Se estima que el cadáver pudo permanecer bastante tiempo oculto en las turbias aguas de la charca y que las fuertes lluvias de los primeros días del otoño hicieran el resto sacando los huesos a la superficie. En la investigación, la Guardia Civil agotó todas las hipótesis posibles tratando de esclarecer el asunto. Solo quedaba el sujetador rojo. La prenda se examinó a fondo, pero tampoco aportó luz sobre el caso decretado secreto sumarial por orden del instructor el juez Nicolás Poveda Peña. Con fecha 10 de mayo de 1992, la Audiencia Provincial de Almería acordó el sobreseimiento de la causa, por la inexistencia de motivos o pruebas para acusar al único implicado, cuyas actuaciones fueron remitidas al juzgado de instrucción de Roquetas de Mar para su archivo.

El 11 de octubre de 1991, en apenas cuarenta y ocho horas los restos de la charca de "La Guarra" fueron remitidos a la clínica del doctor Riberte de Madrid para un completo estudio forense y recomposición plástica ante la lógica sospecha de que se tratase de la inglesa desaparecida, pero los informes recibidos varias semanas más tarde no aportaron ningún dato revelador sobre ello. A este cadáver no se le pudo poner nombre propio ni apellidos. Nadie en aquellas fechas denunció la desaparición de mujer alguna. Pasados los años nadie volvió a hablar del caso. Uno más en la nómina de crímenes sin esclarecer cometidos durante la década de los años noventa en la provincia de Almería.

El pastor de Purchena

Otro caso de unas características similares se produjo dos años antes, concretamente el 21 de octubre de 1989 fecha en que un pastor de Purchena descubrió el cadáver de una mujer que no se pudo identificar con importantes signos externos de violencia. La autopsia reveló que la muerte ocurrió uno o dos meses antes. El cuerpo de ésta persona, que no ha llegado a ser identificada fue hallado en una zona conocida como "Las Terreras de la Campana", a unos cuatro kilómetros del pueblo.

El pastor, Ángel Machado Sánchez, descubrió el cuerpo sin vida en el interior de una gran bolsa de plástico cuyos pies asomaban al exterior. La mujer tendría entre los 25 y 30 años. Vestía una blusa y pantalón de pana y zapatos rojos. En esas fechas no se habían producido denuncias de desaparición de muchachas en las localidades limítrofes. El caso fue cerrado por el juzgado de instrucción numero 1 de Huércal Overa. La impresión e hipótesis que se barajó en fuentes de la investigación, fue que el cadáver de la infortunada muchacha fue trasladado por una o mas personas, enterrándolo en el lecho de la rambla y que como consecuencia de las intensas lluvias caídas por esas fechas, quedó desenterrado como consecuencia de las riadas.

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