Los bacareños y los cientos de feligreses que llegaron en la tarde de ayer hasta el municipio para acompañar al Santo Cristo del Bosque en la romería que lo lleva desde la Iglesia del pueblo hasta su ermita vivieron momentos de temor y preocupación. El tiempo hacía peligrar la romería ya que durante los dos últimos días la lluvia había estado presente en Bacares de forma intermitente, pasando por agua los festejos del municipio. Sin embargo, "se obró el milagro".

"Es la primera vez en muchos años que el Cristo tiene que entrar en la ermita", aseguraba una de las vecinas más ancianas del lugar, y es que, una lluvia fugaz de 10 minutos provocó que la imagen tuviese que entrar en la ermita para refugiarse. Sin embargo, tan pronto como comenzó cesó, y quedó una esplendorosa tarde de so l tras días de nubarrones. "Ya lo dice la leyenda, que el Cristo del Bosque abrirá el cielo tras su paso porque es muy milagroso", destacó esta vecina.

Los temores que habían perseguido a su seguidores durante todo el día se disiparon a la salida del Cristo del templo. De hecho, a pesar del mal tiempo muchos de ellos le acompañaron durante todo el recorrido descalzos, para cumplir la promesa hecha a este Santo por algún motivo de salud o familiar. La lluvia se prolongó de las 18.00 a las 18.10 horas, y el Cristo regresó a su Iglesia a las 19.00 horas. A pesar de ser lunes, día de diario, hasta Bacares llegaron varios autobuses con personas de toda la provincia, y como cada año no faltaron los seguidores que se desplazan desde Murcia o Granada, e incluso de Francia y Alemania.

Las fiestas patronales de Bacares terminan hoy, cuando el Cristo vuelva a su camarín desde el trono, hasta el año que viene.