Coronavirus Almería

El colapso de la hostelería: casi 35.000 contratos menos durante la pandemia

  • Restauración y hoteles conforman el sector más damnificado por la crisis del coronavirus y cierran 2020 con sus peores datos después del repunte del año de la Capital Española de la Gastronomía

El colapso de la hostelería durante la pandemia: casi 35.000 contratos menos en Almería

El colapso de la hostelería durante la pandemia: casi 35.000 contratos menos en Almería / Javier Alonso

"Es la ruina". Comenta el camarero de un establecimiento del corazón de la ciudad a un amigo al dejar los niños en el colegio. Han pasado de no tener ni una mesa libre entre semana a servir desayunos para llevar los viernes, sábado y domingo. Llevan meses pendientes de los vaivenes de la estadística epidemiológica rezando porque se retome la actividad. La mitad de los contratos que no se hicieron el pasado año en la provincia por la ralentización económica asociada a la crisis del coronavirus, en torno a 71.300 menos que durante 2019, corresponden a la restauración y los hoteles, el sector más castigado en la provincia por las restricciones para la prevención de los contagios. De un espléndido año en el que se ostentó la Capitalidad Española de la Gastronomía se ha pasado a un ejercicio para olvidar por la dureza de la pandemia que ha propiciado una cascada de cierres y despidos que inicialmente parecían temporales pero podrían ser irreversibles si no llegan ayudas directas que frenen la sangría.

Los estragos económicos del virus se han agudizado desde finales del pasado año y el cese en enero de todo lo no esencial para frenar la explosión de positivos ha sido la gota que ha colmado el vaso. La hostelería lleva un año en el alambre y cualquier estadística que se consulte permite documentar la huella exacta de la catástrofe para cientos de empresas, en su mayoría pequeñas y medianas, que confiaban en que la travesía fuese más corta y menos virulenta. Las restricciones se alargan y las pérdidas se convierten en insostenibles después de casi un año negro. Según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, en Almería se crearon durante el último ejercicio 28.518 nuevos contratos en la hostelería frente a los 63.355 del año anterior. Casi 35.000 contratos iniciales menos de un año para otro. Es, sin duda, el sector más damnificado a pesar de su flexibilidad y adaptación a las nuevas circunstancias que ha requerido la batalla contra un enemigo invisible y universal. 

Los bares y restaurantes permanecen cerrados en la capital Los bares y restaurantes permanecen cerrados en la capital

Los bares y restaurantes permanecen cerrados en la capital / Javier Alonso

El segmento de las actividades artísticas, recreativas y entretenimiento pierde un tercio de los contratos (3.909 frente a los 9.733 de 2019) y también hay retroceso en el comercio (57.854 el pasado año y 62.224 el anterior). El retroceso es generalizado, incluida la agricultura que ha seguido tirando del carro de la economía provincial, de ahí que la provincia haya empezado el año con 8.600 parados más (sube un 2,6% en la encuesta de población activa), pero el verdadero colapso lo están sufriendo los hoteles, bares y restaurantes entre los que se han disparado las quiebras por el agotamiento financiero de casi once meses de pandemia en los que han caído considerablemente los ingresos.

Todos los indicadores apuntan en la misma dirección, en el sentido más trágico, no sólo el de la merma a más de la mitad de contrataciones. Han liderado la estadística de ERTE, que hoy afectan a 6.781 personas y durante 2020 alcanzaron a casi 70.000 trabajadores, y también la de los despidos que han obligado a reforzar los servicios jurídicos con dos Juzgados de lo Social de refuerzo siendo ya cinco los que tramitan estas causas. El número de establecimientos hoteleros de todas las categorías abiertos al cierre del año era de 102 frente a los 162 de 2019 y la ocupación media no ha alcanzado el 20% de la planta hotelera en el año que cambió nuestras vidas a peor. Ni tan siquiera en verano, el periodo vacacional por excelencia, se pudo remontar lo más mínimo el vuelo y la incertidumbre rebajó las reservas a menos de la mitad.

De ahí que desde hace meses demanden un respaldo que permita aliviar los claros síntomas de fatiga ante un futuro cargado de nubarrones. Es ahora o nunca, la consigna que repite día tras día el movimiento #SalvarlaHostelería. La asociación de hosteleros de Almería (ASHAL) reclama medidas de apoyo para que una actividad clave para la economía provincial se mantenga a flote y pueda reactivarse por parte del conjunto de las administraciones que durante meses los han señalado como focos de contagio: reducción del IVA al 5% hasta 2022, ampliación de los ERTE hasta finales de año, ayudas directas para compensar la caída de la actividad, reducción del alquiler a la mitad durante doce meses, así como bonificar y condonar impuestos locales a distintos actores como los alojamientos turísticos, ocio nocturno, salones de catering y celebraciones, locales sin terrazas y establecimientos asociados al turismo.

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